Leí en los periódicos que “el partido de oposición ARENA propone que a través de una reforma al artículo 14 del Código de Salud se prohíba la compra de medicamentos no registrados y autorizados por el Consejo Superior de Salud Pública (CSSP)...” Un paso en la dirección equivocada.
Siempre pensaba que ustedes eran liberales. ¿Entonces, por qué no se atreven a proponer que el mercado de medicinas sea verdaderamente libre? O sea, que el Estado (y también cualquiera que quiere entrar en el mercado privado de medicinas) pueda importar libremente medicinas, con el único requisito que sean certificados por las instancias de salud de países que tienen normas confiables de control.
¿O me van a decir que medicinas que han sido examinadas y aprobadas por las instancias competentes de Alemania, Estados Unidos o Japón necesitan certificación adicional de un laboratorio salvadoreño?
Ustedes dicen que su propuesta es para evitar que el FMLN establezca aquí un negocio con medicinas de Cuba o Venezuela, parecido a como funciona Albapetroleo. Pero la receta para evitar esto no es más regulación y más protección del oligopolio existente. La única receta válida es liberalizar el mercado y obligar al Estado a comprar la máxima calidad al mínimo precio. Si hay mercado libre y además transparencia en las licitaciones y compras del estado, y al final las licitaciones las gane un consorcio que importa medicinas cubanas, ¿cuál es el problema?
La postura equivocada de ustedes significaría que el Estado, para comprar la medicina para el sistema público de salud y el seguro social, está condenado que aceptar la calidad y los precios que dicta el oligopolio existente. Y al final sólo será un pleito si dejan entrar o no a un actor nuevo al oligopolio.
Pero lo que necesitamos es liberalizar el mercado, abrir la competencia, y asegurar que el Estado no dependa de los precios inflados del mercado interno.
Si realmente quieren evitar una legislación peligrosamente regulatoria, como la quiere el gobierno de Funes-FMLN y donde el Gobierno pone los precios, tienen que apostar al mercado y la competencia, no al oligopolio indefendible.
Saludos, Paolo Lüers
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