Por otra parte, varios partidos que en las elecciones se presentaron claramente en oposición al FMLN y su candidato Funes, hoy se comportan como si fueran partidos de gobierno, apoyando casi todas las políticas del presidente. El PCN y el PDC no son parte del gobierno, pero actúan como si lo fueran. Ni hablar de GANA, partido que nació para este propósito: debilitar la oposición. Todos sus diputados fueron electos para oponerse al gobierno del FMLN, y hacen lo contrario.
Los únicos que están donde dijeron al electorado que iban a estar, son el CD y ARENA. El CD dijo que iba a gobernar con Funes y el FMLN, y lo está haciendo. ARENA dijo al electorado que, en caso que no ganaran la presidencia, iban a asumir el rol de oposición, y lo está haciendo, aunque no siempre con creatividad y coherencia.
Si mañana fueran las elecciones, muchos ciudadanos tendrían serios problemas de orientación. Los que están decepcionados con el gobierno y su desempeño, ¿por cuál oposición votarían? ¿Por ARENA o por el FMLN?
Peor para los que se identifican con Funes, ¿por quién diablos votarían? Seguramente no por GANA, el PDC o el PNC, partidos que no son ni chicha ni limonada. Tampoco por el CD, que ha dejado de tener perfil propio desde el día que entró a la campaña del binomio FMLN-Funes. ¿Votarán por el FMLN, aunque lo identifican como culpable del fracaso de Funes? Muy pocos. Y por ARENA sólo podrían considerar votar si ven un cambio sustancial en este partido, mucho más que un maquillaje, un viraje hacia una posición reformista. Cosa que hasta ahora no es visible.
El problema es que los partidos no hacen su trabajo. ARENA trató de posicionarse como oposición al gobierno de FMLN-Funes tildándolo de incapaz. Está bien, pero una campaña mediática no llena el terrible vacío de oposición. Se llena construyendo una capacidad sostenida, sistemática, responsable y articulada de monitorear las gestiones del gobierno, de identificar las coincidencias (donde hay que apoyar al Ejecutivo); las divergencias (donde hay que proponer alternativas); los peligros y amenazas (donde hay que movilizar la ciudadanía).
Esto sería el ejercicio de la oposición, como función básica en la democracia representativa, tan importante como la función de gobernar. Para hacerlo bien, tendrían que constituirse para cada campo (seguridad, política fiscal, relaciones exteriores, educación, salud, recuperación económica...) comisiones permanentes de análisis y estrategia, donde se incluyan académicos independientes, empresarios, representantes de otros sectores. De los voceros de estas comisiones se constituye una especie de "gabinete de sombra", que sostiene el debate público con el gobierno y con la sociedad entera. De estas estructuras salen las orientaciones para el partido y su bancada legislativa.
Si PDC y PCN quieren tener un futuro político más allá de 2012 (en vez de andar desdibujando su perfil político, tratando de ser oposición y proveedores de gobernabilidad al mismo tiempo), deberían convertirse en motores y catalizadores de la creación de un bloque amplio, sólido y plural en defensa del sistema político (democracia representativo) y económico (economía social del mercado). Esta es una tarea que estos partidos no pueden simplemente delegar a ARENA, mucho menos a ANEP, mientras que ellos estén bailando con el gobierno para coquetear con los votantes de Funes.
Para seducir al medio millón de votantes que dieron su voto a Funes, pero que no comulgan con el FMLN, es indispensable posicionarse. Querer quedar bien con todos es un error fatal. Por estos votantes (el sector menos ideologizado y más comprometido con las reformas) hay que luchar con debate, claridad, honestidad, no con medias tintas como lo hacen ahora los partidos del "centro".
¿Y el FMLN? Si quiere convertirse en opción para en el futuro gobernar solo, con su propio programa y sus propios liderazgos, en algún momento va a tener que definirse claramente si frente a la presidencia de Funes es oposición o partido de gobierno. El problema del Frente es que todavía no sabe si puede ganar solo, o si seguirá necesitando la alianza con los sectores que votaron por Funes. El fracaso de sus aliados en Centroamérica ("Mel" Zelaya, Daniel Ortega, la izquierda guatemalteca) y el fracaso del intento de Saca y GANA de destruir ARENA, tienen al FMLN en una situación en que no se pueden dar el lujo de cortar los lazos con sus actuales compañeros de fórmula. Por más que quisieran, por más que sus bases fanatizadas lo exijan, y por más que esto sería indispensable para la construcción de una mayoría propia.
Continúa, entonces, la incertidumbre.
(El Diario de Hoy)