En Vancouver terminaron unos Juegos Olímpicos - y aquí ni nos dimos cuenta que empezaron, porque en los periódicos y noticieros simplemente no tuvieron lugar.
Los salvadoreños no han podido ver las batallas de hockey sobre hielo. No se han podido enamorar de la belleza de las parejas chinas de patinaje sobre hielo. No se nos paró el corazón viendo la audacia de los hombres voladores suizos, porque nadie transmitió el salto de esquí. No vimos como las chicas alemanas desafiaron las leyes de la gravedad en las carreras del eslalon alpino.
Okay, fueron olimpiadas de invierno, deportes del frío, de la nieve y del hielo. Son deportes que aquí no practicamos. Pero si esto fuera una razón válida, tampoco deberían transmitir en El Salvador el mejor fútbol del mundo. Porque este tampoco se practica en El Salvador.
Las carreras de patinaje de velocidad y de esquí alpino, las competencias de patinaje de parejas, y los saltos de esquí tienen una belleza universal. Esta bellaza la puede apreciar cualquiera, aunque nunca haya tocado la nieve. Para entender y amar el hockey sobre hielo no es necesario haberse deslizado sobre pistas de hielo...
Los Juegos Olímpicos de Vancouver han sido un espectáculo bellísimo. Un regalo de los países nórdicos para el mundo entero. Los salvadoreños se lo perdieron, por culpa de ustedes. ¡Qué lástima que nuestros medios son tan provincianos!
Me hubiera encantando poder compartir con mis compatriotas guanacos el dramatismo del esquí alpino y la belleza del patinaje. Lástima que aquí los editores de deporte no piensan más allá de la Liga Española...
Saludos, Paolo Lüers
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