sábado, 13 de febrero de 2010

Carta a la primera dama

Estimada primera dama Vanda Pignato:

¡Felicidades! Al fin queda claro quien manda en Casa Presidencial. Mientras la farándula discute si es el presidente que manda o el FMLN o los tres Cáceres, usted actúa y pone orden. La última baja: la secretaria de Cultura, Breni Cuenca. Usted la mandó a despedir, porque ella interpuso al deseo de la primera dama de incorporar a su Secretaría de Inclusión Social la Orquesta Sinfónica Juvenil.

Es obvio que una Orquesta Sinfónica pertenece al área de cultura y no a la oficina de la primera dama. Es obvio también que la super secretaría que maneja usted necesita algo real, porque está hecha de puras pajas y mentiritas que sólo existen en publicidad, como la famosa Ciudad Mujer.

Se entiende todo esto, pero esto no justifica mandar al carajo a la secretaria de Cultura, sólo para que usted tenga un proyecto exitoso a exhibir.

Antes de abrir nuevamente el pleito entre los intelectuales izquierdosos por el huezo de la Cultura, ¿por qué no plantea de un sólo a su marido que se lo dé a usted. Ya hizo usted un CD musical en honor a monseñor Romero, ya va a agarrar la Orquesta Sinfónica Juvenil, ya apartó a Breni Cuenca... ¡mejor de una sola vez hágase cargo de cultura y también de comunicación y publicidad! De todos modos, usted va a tener el control. Y lista estaría la super-secretaría de Inclusión y Propaganda...

Breni Cuenca, cuando se metió en este gobierno de ‘el cambio’, cometió un error que ahora resultó fatal para ella misma: convertir Concultura en una dependencia directa de la presidencia. Ahora paga el precio y entrega Cultura a la primera dama.

Por lo menos, señora, nos sacó de la duda de quién manda en Casa Presidencial.

Atentamente, Paolo Lüers

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