El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado una nueva ley para regular el trabajo de informar "y no mentir" tanto de los medios como de los comunicadores, a quienes sugirió el pasado lunes que se sumaran a su lucha contra el capitalismo y la defensa de la Tierra, en una de las primeras reuniones con la prensa, en la Casa de Gobierno de La Paz, tras su toma de posesión como primer fefe del Estado plurinacional.
Las organizaciones que representan a los medios y a los comunicadores tuvieron una cauta reacción el mismo lunes. Afirmaron que las normativas impuestas a las libertades de expresión y prensa son peligrosas ante el riesgo de coartar esas libertades, pero puntualizaron que es posible consensuar normas con los trabajadores de la prensa boliviana.
Morales centró sus críticas en las supuestas mentiras que los medios difunden en sus contenidos informativos, algunos de los cuales se atribuyen a fuentes reservadas, y que según el mandatario no muestran una realidad objetiva.
"A ver cómo vamos a normar [regular] para que no mientan los medios de comunicación", dijo Morales el lunes. También advirtió que la prohibición de mentir está en el artículo octavo de la nueva Constitución: "Ama sua, ama qhilla, ama llulla: no seas ladrón, no seas mentiroso y no seas flojo, memoricen, pongan en su disco duro", señaló, jocoso.
El presidente, que no respondió a una pregunta sobre la libertad de prensa en Venezuela, lamentó que los comunicadores provoquen polémicas basándose en mentiras. "Deberíamos tener una nueva conducta: en vez de estar mintiendo, mejor educar al pueblo", señaló.
"Tenemos que empezar a educarnos: quisiera que la prensa sea otro control social pero con argumentos. Por dignidad hay que empezar a corregir y normar y [que] todos nos basemos en las normas", afirmó y dio la razón a su ex ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, que ha anunciado su propósito de promover una ley que regule la actividad de medios y comunicadores, de los que afirma haber recibido un trato ruin a lo largo de su gestión.
"Tiene mucha razón [Quintana]", dijo Morales y sugirió a los comunicadores que, "por el bien de ustedes, para la buena imagen de los periodistas, de los medios de comunicación, ojalá entren a esta tarea de lucha contra el capitalismo" y de la defensa del medio ambiente y los derechos de la Pachamama (madre Tierra).
La preocupación de los medios impresos de comunicación se relaciona con un proyecto de levantar el secreto de la fuente de información, establecido en la vieja Ley de Imprenta de 1925, que puede impedir la obtención o divulgación de información confidencial o que se intente ocultar de forma ilegítima. Más de un periódico ha tenido problemas recientes a este respecto.
El portavoz gubernamental Iván Canelas aseguró ayer que tanto el Gobierno como los comunicadores "estamos decididos a luchar contra la mentira y la manipulación informativa en los medios de comunicación, porque está claro que ello hace daño al periodismo y a la sociedad en su conjunto".
Canelas afirmó que la elaboración de la nueva norma sobre medios se hará "en consenso, principalmente, con los periodistas y con las organizaciones profesionales y sindicales. Obviamente, sin descartar la presencia de los empresarios" del sector.
La cauta reacción de los representantes de las organizaciones de los medios, así como de las asociaciones académicas y de los sindicatos, no coincide con la opinión de muchos periodistas y analistas, que comparan el anuncio presidencial con las iniciativas de otros Gobiernos de la región, como Argentina, Ecuador y Venezuela, para encauzar a los medios a actitudes afines a sus propósitos.
La directora del influyente semanario de Santa Cruz Número Uno, Maggy Talavera, cree que se trata de "una impostura del Gobierno de Morales al pedir que no se mienta, cuando el presidente no dice la verdad de lo que quiere: no es una información correcta, sino que quiere el control de su contenido".
La periodista afirma que el Gobierno no quiere que se publiquen hechos que pueden serle adversos y puso como ejemplo el caso de las informaciones generadas el pasado año en Pando, a raíz de la muerte de 13 personas, 11 de ellas indígenas, en un enfrentamiento que aún no ha sido aclarado.
El presidente Morales ha llevado a las filas de su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), a decenas de comunicadores para convertirlos en parlamentarios, autoridades gubernamentales y diplomáticas. El portavoz Canelas es un conocido ex dirigente de organizaciones de trabajadores de prensa nacionales e internacionales, y la actual presidenta del Senado, Ana María de Campero, fue una destacada corresponsal de agencias informativas internacionales.
Sin embargo, a pesar de la marcada presencia de comunicadores, el de Morales ha sido el Gobierno democrático en el que se han registrado más agresiones contra los periodistas en Bolivia. En su primera gestión, los periódicos y el Observatorio Nacional de Medios contabilizaron alrededor de 400 agresiones a periodistas, así como atentados contra edificios de medios de comunicación.
Los informadores fueron golpeados o amenazados por miembros de los movimientos sociales afines al Ejecutivo, que respondían así a las quejas presidenciales respecto al trato que le deparan los medios y los comunicadores, a los que Morales considera "el mayor enemigo del Gobierno", según afirmó en una concentración en Cochabamba, lo que desembocó en la muerte de un periodista de una radio rural a manos de sus seguidores.
Uno de los hechos más graves contra comunicadores lo protagonizaron policías de élite, que dispararon contra el vehículo de un canal de TV que cubría la detención de un ganadero de Santa Cruz. La policía terminó disolviendo esa unidad policial para acallar las protestas.
(El País/Madrid)