Estimado presidente:
Le felicito por el hecho que su amigo Daniel Ortega le haya dado un pedazo de tierra nicaragüense para formar la República Fronteriza de Las Manos. No es gran cosa, pero por lo menos sigue siendo presidente.
Hoy leí que usted mandó a notificar a la Secretaria de Estado Hilary Clinton que, si ella quiere hablar con usted, sería en su nueva sede presidencial en Las Manos.¡Vaya, para que la señora aprenda cómo tratar a un presidente macho! Nada de citarlo a Washington…
A lo mejor usted ha logrado encontrar la solución salomónica a la crisis hondureña: Usted despacha en Las Manos, Roberto Micheletti o quien le siga gobierna en Tegucigalpa - y ambos pueden participar en la OEA y en las cumbres presidenciales.
Los países como Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que no están dispuestos a reconocer a ningún presidente hondureño que no sea usted, pueden trasladar sus embajadas de Tegucigalpa a Las Manos o a Ocotal…
Con esta solución creativa a una crisis con gran potencial de violencia política, Usted se convierte en candidato a premio Nobel de paz. Oscar Arias, con todo su plan de San José, no es nada a la par de usted...
Nuevamente felicitándole, le saluda Paolo Lüers
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