jueves, 4 de junio de 2009
Carta a Henry Campos, nuevo viceministro de Justicia y Seguridad
Estimado Henry:
lástima que no llegaste a ser fiscal general. Sigo pensando que fuiste el mejor de los candidatos propuestos.
Bueno, pero te oliste que no te iban a elegir, aceptaste la oferta del presidente de aportar a la justicia desde otra trinchera: la del ejecutivo. Te entiendo.
Lo que no entiendo porqué te dejaste...
Servir de vice bajo el mando de un hombre que no tiene mando, es dejarse joder. O dejarse aprovechar. ¿Y para esto empeñaste tu independencia?
El Salvador necesitaba a un ministro de seguridad y a un director general de policía con autoridad y capacidad para enfrenar monstruos en tiempos de Perrones, maras, narcos y otras plagas – y al mismo tiempo con credenciales democráticos e intelectuales.
Para cualquiera de los dos cargos -ministro o director- me hubiera gustado verte, ¿pero viceministro en un ambiente donde los puestos claves de seguridad están repartidos entre cuadros del partido?
Hubieras dicho al presidente: Con gusto y con ganas trabajaré en tu gobierno, pero no como pantalla para un aparato de seguridad en manos del partido – y te hubieras ganado el respeto de todos.
Ojala que esté equivocado y puedas tener impacto sobre seguridad y justicia.
Saludos, Paolo Lüers
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