Señor Kurras:
Cuando usted -en una manifestación de protesta en Berlín, el 2 de junio de 1967- sacó su pistola y mató al estudiante Benno Ohnesorg, cambió la vida de miles de jóvenes. También la mía. A mi no me contaron, yo estuve a la par de Benno cuando usted le pegó el balazo.
Éramos unos bichos mocosos protestando contra la guerra en Vietnam y la dictadura en Persia, y en un segundo usted nos transformó en rebeldes contra nuestro propio Estado.
Usted, el policía que disparó a un hombre que ya estaba en el suelo recibiendo tremenda vergueada de un pelotón de uniformados, hizo más para impulsar el movimiento radical del 68 que cualquiera de nuestros dirigentes. Usted se convirtió en la cara fea de un Estado que descubrimos como inhumano y represivo.
Ahora se descubrió que usted fue agente de la temible ‘Stasi’, la Seguridad de Estado de nuestros vecinos del otro lado del muro, en la parte comunista de Alemania.
Revisando los archivos de la ‘Stasi’, investigadores encontraron su expediente: miembro del Partido Comunista desde el año 1955, agente encubierto de la ‘Stasi’, secretamente infiltrado en la policía en Berlin Occidental.
Así que a pocos días del 42 aniversario de su muerte, nos damos cuenta que nuestro compañero Benno no fue víctima de la represión derechista, sino de una conspiración comunista.
Vaya ironía de la historia...
Le deseo que su miserable vida sea larga, para que sufra de la vergüenza de haber sido descubierto como soplón y matón.
Sin nada más que decirle, Paolo Lüers
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