sábado, 7 de noviembre de 2009

El Ejército -¿con las manos atadas o para combatir?

El Ejército salió a las calles. Al fin el Ejecutivo se decidió a usar todos los recursos en el combate a la delincuencia. Buena decisión.

Sacar al Ejército era necesario, no para prestarle más hombres a la PNC, sino para hacer lo que la policía difícilmente puede lograr: romper el control que los pandilleros han establecido en muchos cantones, colonias, barrios y comunidades. La policía no está hecha para la ocupación militar de terreno.

Entonces, entre la disyuntiva entre militarizar la policía, para que puede recuperar y mantener el control territorial, o hacer uso del ejército que está entrenado y organizado para esta tarea, lo correcto era llamar a la Fuerza Armada.

Ahora hay que garantizar que el Ejército tenga suficiente respaldo para enfrentar esta tarea. Lo peor que podemos hacer es mandarlo a la calle, pero con una mano atada. El jueves un periódico reportó que el ministro de Defensa declaró que los soldados tendrán derecho de usar sus armas “para su defensa personal”. El viernes otro periódico cita al presidente diciendo: “El soldado va a patrullar con armas. Si no, no tiene sentido. Y tiene que patrullar con ellas para utilizarlas cuando sea conveniente.” - Muy bien. Pero el presidente agrega: “No tiene sentido portar un arma que no se va a utilizar en defensa propia.” - Muy mal, señor y Comandante en jefe de la Fuerza Armada. Los soldados no salen “en defensa propia”, salen para defender al ciudadano.

Si el ministro de Defensa y el presidente de la República no dan al soldado el mensaje inequívoco que su misión es defender a los ciudadanos, de nada sirve sacar al ejército. El soldado tiene que tener la orden y el respaldo legal y moral para hacer uso de todas sus capacidades (incluyendo el arma) para proteger al ciudadano de cualquier amenaza a su vida e integridad por parte de los delincuentes.

El gobierno no está mandando este mensaje. El ministro de Seguridad se expresa de manera que deja entrever que no está de acuerdo que el ejército interviene, mucho menos con sus propios mandos, tácticas y maneras de operar. Con esto, el ministro se acopla a la posición de su partido, el FMLN, cuyos dirigentes han dicho claramente que no aceptan una intervención del ejército que trascienda el esquema de la patrullas conjuntas bajo el mando de la PNC. Pero este esquema ya fracasó.

¿Y el presidente? El presidente habla de usar el arma sólo en “defensa propia” y de “presencia disuasiva”. ¿Será disuasiva la presencia de miles de soldados, o llevan la misión de intervenir, recuperar y mantener control territorial, combatir a las pandillas? Esto tiene que estar bien definido, sobre todo para los militares que ya están en la calle.

El ministro de Seguridad dice: “La participación de la Fuerza Armada es sólo una parte del plan integral de combate a la delincuencia”. Correcto. Precisamente por la falta de un pan integral -cuya elaboración es tarea del ministro de Seguridad- muchos tenemos duda de la eficiencia de la decisión de involucrar al ejército. Si el resto de las instituciones del Estado -pero sobre todo PNC, fiscalía, sistema carcelario, el Consejo Nacional de Seguridad Pública, jueces- no hacen su parte y si para esto no existe un plan integral, el ejército tampoco puede hacer milagros.
Lástima que no conocemos tal plan integral, del cual el ministro habla. Ojalá que lo comunique, si no a la opinión pública, por lo menos a los mandos militares a la hora de diseñar sus operaciones.

Los militares están claros que están condenados al éxito. Si ellos fracasan y la delincuencia sigue igual, estaremos peor que antes. Porque habremos quemado el último cartucho. El último recurso legal. Si el Ejército no pudo, ¿quién? Luego de eso, la ley de la selva...
Ya dijimos: Una manera de hacer fracasar al Ejército en su misión antidelincuencial es mandarlos con las manos atadas, sin suficiente respaldo. Otra manera de hacerlos fracasar es mandarlos a todas partes, de manera dispersa, con una concepción de persuasión. Para asegurar éxito, la misión tiene que ser focalizada..

El presidente ya dijo que el Ejército no va a operar en todo el país, sino de manera concentrada en las zonas más conflictivas. Ojalá que esto signifique que como comandante en jefe realmente dé a la tropa la misión de recuperar y mantener el territorio donde los pandilleros han usurpado el control. Ojalá que pongan a los soldados a hacer lo que mejor saben: ocupar territorio y no soltarlo. Esto significa acampar en ciertas comunidades. No entrar y salir, sino entrar y quedar. Sólo de esta manera pueden romper la situación fatal que existe en muchas zonas suburbanas y rurales: que por falta de capacidad del Estado de ejercer control y ofrecer protección a la población, esta se la arregla con las bandas de delincuentes que sí ejercen control local.

La otra manera de focalizar la misión del Ejército, tal vez la más efectiva a corto plazo, es que tomen control de la cárceles, por lo menos de las cárceles donde están concentrados los conocidos jefes de las pandillas. Todo el mundo sabe que de ahí se dirigen las pandillas a nivel nacional, se organizan los secuestros, las extorsiones, las ejecuciones. Tomar control de las cárceles y efectivamente someter a los jefes pandilleros a un régimen de aislamiento que no les permite seguir coordinando, planificando y dirigiendo las operaciones de miles de pandilleros, difícilmente se logra sin militarizar las cárceles.

El país no se puede dar el lujo de tener a activistas de Derechos Humanos dirigiendo el sistema carcelario. Tal vez si el problema principal de nuestras cárceles fueran las violaciones a los Derechos Humanos. Pero el problema de nuestras cárceles es que se han convertido en el estado Mayor de la delincuencia. Ahí no hay u exceso de represión sino una falta de control y autoridad.

Para cumplir la meta del ministro de Defensa quien quiere que el Ejército logre una baja de 10% en los homicidios, sólo hay que militarizar las cárceles y se logra, de un sólo, reducir la operatividad de las pandillas en mucho más que 10%.

Resumiendo: Es correcto incorporar al Ejército en el combate a la delincuencia. Pero que sea combate, no ‘presencia disuasiva’.

(El Diario de Hoy)

Carta al soldado en la calle

Hermano:

es importante que cuando saldrás a las calles para romper el control que los pandilleros han establecido en muchos cantones, colonias, barrios y comunidades, sepás que tenés el apoyo de la gran mayoría de los salvadoreños.

Incluyendo los que como guerrilleros nos enfrentamos a la Fuerza Armada durante la guerra civil.

¡En esta nueva guerra estamos juntos, hermano!

Nosotros, igual que ustedes, conocemos la importancia que tiene la disputa del control territorial. Nosotros, igual que ustedes, sabemos que el Estado, cuando pierde la capacidad de ejercer su autoridad sobre parte de su territorio, pierde la guerra. Porque pierde el apoyo de la gente.

A la gente, si el Estado no la puede proteger, no le queda otra que arreglárselas con la autoridad de facto, o sea con las pandillas. Eso es exactamente lo que está pasando - y por llamamos al ejército.

Otra gran lección de la guerra: Quien trata a la población civil de enemiga, pierde. Estoy seguro que ustedes sabrán marcar la raya entre reprimir al delincuente y reprimir a la población.

Ustedes son el último cartucho en esta batalla. El último recurso legal. Si ustedes no la pueden ganar, ¿quién? Luego de eso, la ley de la selva...

Ayer leí unas declaraciones supuestamente del ministro de Defensa, diciendo que los soldados podrán usar su arma, pero sólo en defensa propia. Estoy seguro que citaron mal al general. Porque ustedes salen para defender a los ciudadanos. Si es necesario, con las armas. Si no es así, mejor que no los saquen.

Un abrazo, Paolo Lüers

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jueves, 5 de noviembre de 2009

Chávez busca enclave

Los desembolsos que el gobierno de Hugo Chávez ha hecho a la sociedad ALBA de Nicaragua, Albanisa, manejada en Nicaragua por el presidente Daniel Ortega en forma privada y también como un Estado paralelo, presupone giros hechos y pendientes, que superan los 7 mil millones de dólares desde enero de 2007, según medios y organismos venezolanos.

Un enclave de Chávez en Centroamérica

Un informe elaborado por el Centro de Investigaciones Económicas de Venezuela (Cieca), grupo no estatal de estudios socioeconómicos de ese país, reveló que “el poderoso brazo financiero de Chávez logró sostener a Ortega desde que asumió, más de dos años y nueve meses, para consolidarle como su principal aliado político en Centroamérica y catapultarle a una eventual reelección consecutiva en los comicios de noviembre de 2011”.

“La inversión política de Hugo Chávez en Nicaragua, que fue girada o está pendiente de desembolso, supera los 7 mil millones de dólares desde enero de 2007, y penetra los estratégicos sectores de energía, construcción, agropecuarios, financieros, vivienda, salud o transporte. Por eso, la reelección de Daniel Ortega es esencial para los intereses del bloque La Habana-Caracas-La Paz- Quito-Managua”, dice el reporte del periódico “El Universal” de Venezuela.

El apoyo de Chávez a través de Albanisa, una polémica firma de la que el 51 por ciento de las acciones son de la estatal Pdvsa y el restante 49 por ciento es de la también pública Petronic, penetra en áreas de importancia social, pero todo ello con el sello del clientelismo o preferencia política.

No hay deuda y millones privatizados

La Asamblea Nacional aprobó el martes por unanimidad una resolución que establece la no generación de deuda pública que tenga su origen en la cooperación venezolana, de cuyos fondos se alimentan los proyectos privados de la familia gobernante, el banco paraestatal Alba Caruna, los llamados proyectos sociales, cuyos resultados sólo ven los partidarios del gobierno y la propaganda oficial.

La oposición consideró la aprobación como un triunfo, pues garantizaron que no existe deuda del Estado con Venezuela, pero en realidad, según diversas fuentes, lo que hicieron fue legitimar la existencia de un Estado paralelo, en lugar de incorporar los fondos al Presupuesto General de la República.

La ayuda de Caracas contempla, entre otros aspectos, suministrar crudo, construir 200 mil viviendas, una fábrica de productos de aluminio, una refinería cuyo costo alcanza los 3,500 millones de dólares, dos carreteras, así como rehabilitar un puerto, abrir una aerolínea, crear una empresa de telefonía celular o sustituir aportes de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos, que congelaron la ayuda a Nicaragua por el denunciado fraude de las elecciones municipales de noviembre de 2008.

El manejo de los fondos provenientes de los petrodólares, se hace a través de Albanisa y de varias empresas conocidas como las “Albitas” o “Albotas”, que se desarrollan en rubros como energía, seguridad, construcción, turismo, exportación de alimentos, ganado, depósitos y distribución de combustibles, todo ello bajo el concepto de grannacionales conformadas por Pdvsa y empresas estatales de cada uno de los países miembros del ALBA.

La página web del ALBA informó que los presidentes de los países miembros de esa agrupación, entre ellos el presidente Daniel Ortega, aprobaron recientemente que en sus países las figuras como Albanisa, conformen ALBA-Turismo, ALBA-Telecomunicaciones, ALBA-Salud, ALBA-Minería, ALBA-Industrial, ALBA-Educación, Uni-ALBA, ALBA-Cultura y ALBA-Comercio Justo.

Albanisa va por millones con ALBA Forestal

Pero por si algo faltaba en los negocios de Albanisa, el vicepresidente de la firma que a la vez es tesorero del partido de gobierno y hombre con mil sombreros, Francisco López, en compañía del ministro de Agricultura y Tierras de Venezuela, Elías Jaua, anunció ayer en medios oficiales la apertura de una nueva Albota: ALBA-Forestal, la cual estará ligada a la grannnacional “Maderas del ALBA”.

“Vamos a la Costa Caribe para la recuperación conjunta entre la empresa mixta maderas del ALBA y las empresas del gobierno de Nicaragua, de la madera que dejó tumbada el huracán Félix, que está ahí y que puede ser aprovechada comercialmente y para el desarrollo local de la Costa Caribe”, dijo López.

Un día antes, el gerente de Albanisa, el venezolano Rafael Paniagua, y el polémico político Steadman Fagoth, aliado del partido de gobierno, anunciaron el proyecto, indicando que se hará de conformidad con lo que decidan los líderes de las comunidades que son los dueños de las tierras.

El huracán Félix que golpeó la Costa Caribe en septiembre de 2007, derribó una cantidad de madera suficiente para abastecer a todo el país por 120 años, según dijo Klaus Henkelman, representante de la Organización de Naciones Unidas para la agricultura y la Alimentación (FAO).

De acuerdo con el informe evaluativo oficial del Instituto Nacional Forestal, Inafor, sobre los efectos del huracán en la zona, el meteoro afectó un total de un millón 666 mil hectáreas, que corresponden a unos 50 millones de árboles de los cuales 20 millones son aprovechables por ser maderas de alto costo.

Más de 320 millones de dólares

“Tomando en consideración el grado de dificultad de extracción del volumen total comercial en el bosque se estima un precio promedio de montaña de US$ 30 por m3, lo que hace un valor total de esta madera afectada en US$ 321,364,770. El volumen comercial disponible a corto plazo con zona de extracción efectiva con camino de penetración, se estima un valor de US$ 185,328,360, puesto en la montaña”, dice el informe de Inafor de noviembre de 2007.

“En la Costa Caribe se evaluarán las capacidades de explotación y el potencial maderable que está ahí y con la empresa Maderas del ALBA estamos haciendo la nueva empresa mixta con Albanisa”, explicó el ministro venezolano Jaua.

“Siguen creciendo las Albas, las Albitas, las Albotas, como quieran llamarles, pero es la expresión viva del apoyo para los pobres, el desarrollo del modelo del Poder Ciudadano que impulsa nuestro comandante Daniel Ortega”, señaló por su parte López, haciendo mofa de los críticos.

Algunos numeritos manejan las Albotas

Durante el año pasado, el dinero procedente de Venezuela que llegó a Nicaragua se ubicó en 457 millones de dólares, según un informe del Banco Central de Nicaragua. De ese total, 146 millones (el 30%) fueron para Alba-Caruna, de acuerdo con el acuerdo firmado por Chávez y Ortega. Se calcula que con la importación de petróleo, esta firma podría obtener entre 250 y 300 millones de dólares al año.

ALBA-Generación es la que se encarga de todo lo relacionado con la generación de energía a través de las plantas que vinieron como “donadas, prestadas, cedidas”, y que ahora son propiedad de Albanisa, y por las cuales los nicaragüenses pagarán más de 400 millones de dólares, tomando en cuenta su costo directo de 232 millones de dólares más los intereses que sumarán en 15 años de plazo.

ALBA-Equipos, en 10 meses trabajó en diversos proyectos de Albanisa, y se autopagó 2.3 millones de dólares.

(El Nuevo Diario, Managua/Nicaragua)

Las dificultades de la socialdemocracia

El artículo de Paolo Flores d'Arcais sobre La traición de la socialdemocracia (EL PAÍS, 25 de octubre) tiene más el tono de una denuncia profética que el de un análisis político, y tales denuncias pueden ser bastante irritantes, como prueba el infeliz destino de algunos profetas del Antiguo Testamento. La razón fundamental es que en ellas se mezclan elementos heterogéneos en una argumentación circular, lo que no sólo deja poco espacio a la discusión, sino que impide buscar soluciones a los males expuestos.

En este caso, el autor nos habla a veces de la socialdemocracia como un ente moral que existe más allá de los partidos y de los gobiernos socialdemócratas, y que además tendría capacidades por encima de las de los gobiernos y los organismos internacionales. Así, Flores d'Arcais denuncia que la socialdemocracia no ha hecho nada concreto para resolver el problema de los medios de comunicación como condición para la existencia de una opinión pública bien informada, o para acabar con los paraísos fiscales.

Cabe imaginar que el autor se siente agraviado por la situación de los medios en Italia, y es muy posible que su exasperación provenga de las dificultades del centro-izquierda italiano para ofrecer una respuesta política a Berlusconi y su imperio mediático. Pero pedir a la socialdemocracia que resuelva el problema de los paraísos fiscales, algo que exige un acuerdo entre los principales gobiernos desarrollados, incluyendo el de Estados Unidos, es demasiado pedir, o lo era antes del comienzo de la era Obama y del nuevo G-20.

Para encontrar una base de discusión más ordenada se puede distinguir entre el balance de los gobiernos socialdemócratas antes del ciclo neoconservador y durante éste (1978-2008). Y lo menos que se puede decir de la perspectiva histórica de Flores d'Arcais es que es un tanto imprecisa. Comienza ignorando que la socialdemocracia nació antes del comunismo (en el sentido de bolchevismo), y que sólo desde la perspectiva de la historiografía comunista, o de la paranoia de la guerra fría, cabe sostener que la socialdemocracia surgió para ser una alternativa al comunismo.

Pero además parece ignorar las evidentes disparidades entre las sociedades de Europa occidental y el resto del planeta en términos de igualdad de oportunidades y de igualdad real. Lo que se ha llamado "consenso socialdemócrata" de posguerra tuvo unas muy importantes consecuencias, independientemente del signo (socialdemócrata o no) de los gobiernos de turno.

¿Cómo se pueden considerar triviales los avances del periodo 1945-1973 porque los sistemas públicos de salud se hayan burocratizado -como si pudiera ser de otro modo- o porque los gobiernos del SPD no transformaran "las relaciones de fuerza sociales"?

Flores d'Arcais asume la actual crítica de la partitocracia, y cree que la burocratización y profesionalización de la política hacen "progresivamente vana la relación de representación entre diputados y ciudadanos", como si el caso Berlusconi no mostrara de sobra los peligros de la política no profesionalizada. Pero al hacerlo así corre el riesgo de aceptar todos los tópicos que esta crítica conlleva.

Llama así la atención que si la explicación última del abandono de la búsqueda de la igualdad fuese "el carácter de aparato, de burocracia, de nomenclatura, de casta" de los partidos socialdemócratas, entonces "los raros momentos en los que la socialdemocracia alimentó esperanzas" ocurriesen precisamente en tiempos en los que un dirigente socialdemócrata tipo duraba 2,4 años más en el cargo que en la actualidad, el sistema de primarias era desconocido -a diferencia de ahora donde, por volver a su país, el nuevo líder del centro-izquierda italiano ha sido elegido en un proceso donde han votado tres millones de italianos-, y cuando los máximos dirigentes socialdemócratas eran elegidos sin competidores, como por cierto sigue ocurriendo en la inmensa mayoría de los partidos de derechas. Cuesta más creer que los partidos socialdemócratas sean ahora, a diferencia de antes, castas cerradas.

Al hablar de la socialdemocracia durante el período conservador Paolo Flores d'Arcais puede tener mejores argumentos: no es casual que éste sea el periodo en el que él -y muchos otros- han escrito repetidamente sobre la "crisis de la socialdemocracia". El auge de las ideas neoliberales y la globalización de la economía han creado un terreno de juego en el que la socialdemocracia ha estado a la defensiva. Su denuncia de la traición de la socialdemocracia, sin embargo, está basada en la creencia de que eran posibles políticas radicalmente distintas que pusieran en primer plano la igualdad.

¿Qué podía haber hecho el Gobierno de François Mitterrand en el año 1981 para evitar el efecto desestabilizador de su inicial política redistribuidora? ¿Salir de las Comunidades Europeas?

Al hablar de la deslocalización de empresas, Flores d'Arcais no toma en cuenta que ésta también se produce ahora dentro de la Unión Europea, por las diferencias salariales entre el este y el oeste de Europa. El voluntarismo del autor conduce como conclusión lógica a repudiar la integración europea y la globalización comercial -la financiera es otra historia-, y a olvidar que la cara positiva del estancamiento de los salarios en los países desarrollados ha sido un mayor crecimiento en otros países.

Se puede entender su crítica de Tony Blair y Schröder, porque hasta cierto punto ambos hicieron de la necesidad virtud, pero no se puede ignorar que la necesidad -mantener el empleo y el crecimiento en un contexto de globalización- existe y condiciona las políticas de los gobernantes, también de los socialdemócratas. No se puede defender la igualdad al precio de ponerse a la mayoría social en contra, y el éxito de las ideas neoconservadoras ha sido lograr que amplios sectores de la clase media hayan apoyado políticas que daban prioridad al crecimiento a expensas de la igualdad.

Aun así, no es cierto que hayan desaparecido las diferencias entre las políticas socialdemócratas y las conservadoras. Sí lo es que los programas de los partidos socialdemócratas se movieron hacia el centro en los años ochenta, y en mucho menor medida en los noventa. Pero su análisis muestra que siguen diferenciándose de los programas de los partidos liberales, democristianos, conservadores o ex agrarios, los únicos donde se observa un verdadero proceso de convergencia.

Que amplios sectores de la opinión pública piensen que no hay diferencias sustanciales entre las políticas de izquierda y de derecha puede ser uno de los factores de más peso para explicar el malestar actual ante la democracia representativa. Pero es paradójico que se descalifique como traidora a la socialdemocracia -como lo hiciera en su momento la Internacional comunista- en un momento en que esta denominación política es la que mejor define a quienes defienden un modelo de sociedad cohesionada frente al modelo neoliberal que ha sido el paradigma durante el ciclo conservador.

Con la crisis de 2008, la urgencia de políticas anticíclicas en los principales países ha creado una nueva oportunidad para coordinar las políticas económicas y regular mejor el sistema financiero global, incluyendo el buen propósito de acabar con los paraísos fiscales. Ahora la situación es mucho más favorable para una agenda socialdemócrata de políticas. En este nuevo contexto, y pese a su título descalificatorio, quizá sea mejor interpretar el texto de Flores d'Arcais como una llamada a la sociedad para recuperar la bandera de la igualdad, y a impulsar una nueva fase de política socialdemócrata.

(El País, Madrid. Javier Astudillo es profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra y Ludolfo Paramio es profesor de Investigación del CSIC y director del programa de América Latina del Instituto Universitario Ortega y Gasset.)

Carta a un pandillero

Hola, Mario:

así que te hiciste pandillero. Desechaste todos los esfuerzos que tu mamá ha hecho por vos y te uniste a los perdedores.

No me venga con la paja que me diste la última vez sobre los chavos buena onda, sobre la amistad, sobre el barrio...

No, papito, te fuiste con los ‘loosers’, los que buscan lo más fácil, lo más cómodo, porque no tienen los huevos ni el cerebro de hacer algo que valga la pena con su vida.

Vos dijiste: “¡La vida es lucha, y nosotros ponemos el pecho!” Si, papito, tenés razón, la vida es lucha, pero no es lucha contra los vecinos. Quitarle el celular a las chavas que van a estudiar no es lucha. No es poner el pecho. Es cobardía.

Vos decís “Soy de la mara, ¡¿y qué?!” - pero esto es otra gran paja. ¿Sabés qué es ‘mara’ para los guanacos? Es algo chévere, es amigos, es cheros, es vacile, es la gente de uno, es barrio. Es todo lo contrario a lo que ustedes son: una banda de delincuentes que no conocen amistad y destruyen el barrio.

Estos inútiles nos quieren robar hasta las palabras bonitas como ‘barrio’ y ‘mara’. Pero no, bicho, a mi no me vas a dar paja: La decisión que tomaste es hacerte maleante, ¡y punto!

Vos decís que querés respeto. ¿Cuál respeto? El respeto se gana, pero no cuchillo en mano. La gente tal vez te tendrá miedo, pero el respeto lo perdiste cuando te fuiste con los inútiles que asaltan a sus propios vecinos.

Vos no tenés necesidad de eso. Yo te conozco de chiquito. Sos más. No lo botés. ¿Querés mostar que sos hombre? Okay, salite de esta banda de perdedores.

Paolo Lüers

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

El golpe gana en Honduras

Aunque Manuel Zelaya vuelva a la presidencia de Honduras un día de éstos, como él pretende, o después de que se elija presidente el 29 de noviembre y con la anuencia del Congreso, como quiere el presidente de facto Roberto Micheletti, la crisis se habrá resuelto con la victoria, quizá a los puntos pero victoria al fin, de la cábala golpista.

El Ejército sacó de la cama a Zelaya el 28 de junio pasaportándole en avión a San José, en lo inmediato porque quería organizar una consulta sobre un futuro referéndum para enmendar la Constitución, que posiblemente no eran, ni una ni otro, constitucionales; pero la razón de fondo era que el presidente estaba llevando el país al chavismo, término que suele pronunciarse como si fuera tan definitivo como tomar los hábitos o un rito iniciático lindante con lo tenebroso. ¿Cómo se gestó ese proceso?

Honduras es el segundo país más subdesarrollado de América, sólo precedido por Haití, y del que dijo el presidente en una ocasión que para poder construir una carretera tenía que pedir un préstamo al Banco Mundial; Zelaya había promovido la adhesión al ALBA -la alternativa bolivariana (chavista) de integración para América Latina-, donde los préstamos son más rápidos y menos onerosos, y a Petrocaribe, que le facilitaba 20.000 barriles diarios de crudo venezolano a precios preferenciales; había elevado el salario mínimo cuando las estadísticas nacionales contabilizan en una población de siete millones un 50% de pobres, de los que una mayoría son indigentes; había pedido perdón por un "programa de limpieza social" perpetrado por el poder en los años ochenta, cuyas víctimas eran mendigos, niños sin techo y vagabundos, entre otros indeseables; y había permitido la venta de la píldora del día después. Con ese abanico de iniciativas se había malquistado con todos los poderes que adornan desde tiempos de la colonia el sistema hondureño.

Pero Zelaya ha tenido que aceptar todo aquello que deja sin efecto su presidencia para poder abandonar la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se halla refugiado desde el 21 de septiembre, y ni siquiera así está claro que recupere el cargo. Ha renunciado a seguir promoviendo una revisión constitucional que contemplara la reelección; ha reconocido la validez de las elecciones del 29 de noviembre, que probablemente consagrarán la victoria de su adversario Porfirio (Pepe) Lobo, del Partido Nacional, o, en su defecto, la de su ex vicepresidente Elvin Santos, del Partido Liberal, que tampoco juega a su favor; y el retaco de presidencia que asuma, desprovisto de poder porque tendrá que formar un gobierno de coalición con los dos grandes partidos, se prolongará sólo hasta el 29 de enero, fecha en que deberá dar paso a su sucesor. Y a cambio de ello sólo obtiene una declaración de legitimidad retroactiva de la presidencia a ese 28 de junio en que lo defenestraron, que salva la liturgia democrática y reduce el gobierno de los golpistas a un paréntesis inconstitucional, pero manteniendo todas sus consecuencias. Micheletti habría preferido ahorrarse el regreso incluso pro forma de Zelaya, pero la diplomacia de Barack Obama logró esa victoria menor, que deja, de paso, en el aire la suerte de los que lo derrocaron, si tienen algo o no de que responder ante la justicia.

Y junto a Zelaya el otro gran derrotado es el presidente venezolano, Hugo Chávez. El líder bolivariano sabía de sobra que su compañero de viaje nunca recuperaría la plenitud del poder, pero podía darse por satisfecho con que se pudriera la situación mostrando al mundo la impotencia de Estados Unidos para solucionar el problema, y seguir, así, castigando el mitigado entusiasmo con que la secretaria de Estado Hillary Clinton defendía el restablecimiento de la democracia en Honduras. Pero, sea porque Zelaya ya no aguantaba más asfixiado en la legación o porque Washington, como se dice, tenía medios para presionarle en relación a supuestos quehaceres de su hijo que estudia en Estados Unidos, firmó el acuerdo de Tegucigalpa.

Micheletti, el de la sintaxis desbaratada, capaz de decir blanco y negro en la misma oración, embrollón y maniobrero consumado, sabía que el tiempo y la realidad profunda de cualquier presidencia norteamericana jugaban a su favor. Para Estados Unidos, y no menos para el Brasil del presidente Lula, que quiere tener cerca al chavismo para vigilarlo mejor, aunque no pare de darse ósculos con Chávez, ésta es la mejor solución. Reposición de Zelaya cuando ya no puede hacer daño. Honduras vuelve donde solía.

(El País, Madrid)

Columna transversal: El Muro, reflexiones personales



20 años han pasado desde la caída del muro de Berlin. Todo está analizado y reportado sobre el muro, pero no todo está dicho. Quiero agregar unas reflexiones muy personales.

Me enamoré irremediablemente de Berlin cuando visité la metrópolis, por primera vez, con 16 años. Llegué de la más profunda provincia a una ciudad que unía los dos mundos de la Europa polarizada: Este y Oeste. Tomé la decisión de mudarme a Berlin en cuanto saliera del bachillerato.



Cuando dos años después eché anclas en Berlin, primero me sentí defraudado: Habían dividido la ciudad en dos. Es más: La parte que quedaba accesible, Berlin Occidental, la amurallaron completamente. Berlin ya no era puente entre Este y Oeste, sino frontera, punto de confrontación.

Pero también esta nueva ciudad cercada tuvo sus encantos igualmente o aún más irresistibles. Me convertí en isleño, como nos llamábamos los habitantes de Berlin Occidental.

Aun así, en una ciudad convertida en baluarte del anticomunismo, nació en Berlin Occidental la nueva izquierda, la rebelión de los estudiantes, el movimiento antiautoritario que cambiaría el país.


El muro nos separaba a nosotros -los estudiantes rebeldes e izquierdosos de Berlin- no sólo del resto de la ciudad del otro lado, sino del comunismo como tal. No sólo en un sentido físico, sino en el sentido ideológico. Por más radicales que nos volvimos en los años subsiguientes al 1968, el muro era la barrera que nos hizo inmunes contra los comunistas...

El muro se convirtió en el símbolo de la división del mundo en dos bloques: el socialista-oriental y el capitalista-occidental. Este símbolo muy publicitado opacó durante muchos años la otra división que los constructores del muro habían marcado: entre la izquierda comunista y la izquierda democrática.

El muro también era la barrera contra la cual nos estrellamos todos los días quienes en Berlin Occidental queríamos construir una alternativa de izquierda. Las manifestaciones contra la guerra americana en Vietnam no fueron reprimidas por la policía, sino por los obreros de Berlin, quienes nos tiraban piedras y nos gritaron "¿Por qué no van a vivir al otro lado del muro?"


Cuando al fin cayó el muro, el 9 de noviembre de 1989, en El Salvador estábamos en los últimos preparativos de la ofensiva insurgente. Me imagino que yo era el único guerrillero salvadoreño que bailaba de alegría de las noticias de la caída del muro de Berlin. Las discusiones fueron tensas. La izquierda salvadoreña, incluyendo los sectores no comunistas, sentía la caída del imperio soviético como amenaza para su futuro. Incluso los dirigentes del ERP, quienes poco después se declarararon socialdemócratas y salieron del FMLN, me criticaron de ‘anticomunista’ - porque yo festejaba con alegría la caída del muro como inicio de la caída del bloque comunista.

Las discusiones con mis compañeros en Alemania eran aún más complejas. La primera vez que llegué al Berlin reunificado, en 1992, de todos modos tuve una misión algo cuesta arriba: explicar a los comités de solidaridad y la izquierda alemana porqué habíamos firmado la paz en vez de luchar "Hasta vencer por morir"...

Pero el punto más conflictivo de mi reencuentro con mis amigos y compañeros era otro: Ellos sintieron ofensiva mi alegría por la caída del muro y del régimen totalitario en Alemania Oriental. Compañeros que jamás fueron simpatizantes del Partido Comunista y su estado socialista amurallado resultaron traumatizados por la caída del muro. La vieron como triunfo de la derecha, no como triunfo de la humanidad. Ya la vi como oportunidad para la izquierda, ellos como amenaza.



Este extraño viajero quien desde Centroamérica había solicitado su solidaridad activa con la insurgencia, ahora les dice que firmar la paz fue una decisión mucho más revolucionaria que seguir la guerra contra la voluntad popular. Y además les dice: "Ustedes actúan como si el muro de m.... les cayó en la cabeza. El muro les cayó a Erich Honecker y al Partido Comunista, ¡no a nosotros!"

Años después de la caída del muro, me enteré que en los archivos de la Stasi (la Seguridad del Estado de la Alemania Oriental) estaba registrado, en un detallismo detalles ridículo, todo lo que habíamos hecho, dicho, discutido durante la rebelión estudiantil, en la organización de las marchas contra Vietnam, luego durante los subsiguientes años de trabajo organizativo en los barrios, las fábricas y los sindicatos...


Resulta que la izquierda de Alemania Occidental siempre ha sido sujeto de vigilancia, espionaje, infiltración de soplones por parte de la Stasi, la hermana de la KGB soviética. Viendo el dossier que la Stasi acumuló sobre mi persona, al fin entendí porqué de repente no me dejaron entrar a Berlin Oriental, y porqué siempre fui sujeto de controles excesivos en cada viaje de tránsito por la República Democrática de Alemania, para llegar de Berlin Occidental, donde vivía, a Alemania Occidental. La Stasi había llegado a la conclusión que nosotros éramos obstáculos para sus planes de infiltrar e instrumentalizar esta nueva izquierda.



La izquierda espiando a la izquierda. Por todo esto, para mi, hay un muro entre izquierda democrática e izquierda comunista. Este muro no cayó.










Lo único que extraño del muro de Berlin es que haya desaparecido este gigantesco mural, medio de expresión artística, política y rebelde de generaciones de alemanes.







(Fotos de diferentes sitios Web)

martes, 3 de noviembre de 2009

Tiro la toalla

Nunca me imaginaba que una pequeña burla a ContraPunto iba a provocar un contraataque tan personal y visceral. Mucho menos de mi viejo amigo Edgardo Ayala. A este nivel del debate mejor tiro la toalla. Todavía me cuesta aceptar que críticas y discrepancias políticas pueden llevar a antiguos amigos a reescribir la historia común para distanciarse de uno.

En la Unión Soviética hubo funcionarios encargados a borrar, uno por uno, de las fotos históricas a los dirigentes caídos en desgracia. Si a Edgardo Ayala le resulta más cómodo borrar mi nombre de la lista de los que han sido en los años 90 sus amigos y colegas periodistas, ni modo.

Paolo Lüers

Cartita al chele Luers (el otro idiota)

(Reprodicimos este artículo porque es una reacción directa a un artículo publicado en Siguiente Página: El perfecto idiota salvadoreño)

Fijate Paolo que tus escritos, por más que intentás tirarnos con ventilador, siempre nos terminaban dando risa y nos llenaban de alegría. Risa, porque a veces decías que éramos el órgano del FMLN, y ahora en tu reciente textito decís que somos el órgano de los Amigos de Mauricio Funes. Nunca le atinás. A ver cuándo decís que somos del Mocilyd, de Orlando Arévalo… sos capaz, con esa capacidad providencial de análisis que tenés.

“¿Y hoy de quién dice Luers que somos el órgano oficial?”, es la pregunta socarrona que de vez en cuando algún colega suelta, para levantar el ánimo en la redacción de ContraPunto.

Y alegría, porque cada vez que decís alguna tontería sobre ContraPunto, más gente de lo acostumbrado surfea el ciberespacio para meterse a nuestro sitio, incrementando los hits de entradas, para gran alegría nuestra.

Por eso aquí en ContraPunto nos gusta que nos comentés en tu blog, y mejor si es en El Diario de Hoy, que comete la barbaridad de pagarte por tus escritos (ya sabrá don Enrique Altamirano cómo malgasta su dinero). Porque en ese caso la mara se agolpa para meterse al sitio, cuya dirección vos amablemente proporcionás, y por lo cual te estamos muy agradecidos. Si vos contás algo de nosotros en El Diario de Hoy es un empujón publicitario increíble. Y gratis. Danke.

Hasta estábamos pensando, en broma, en pasarte unas bolas para que dijeras cualquier barrabasada sobre nosotros. Pero eso ya sería soborno, y vos no lo aceptarías, aunque como no lo sabemos con certeza, lo mejor es probar, dijo otro compañero, pero, claro, en broma, no creás que te vemos corrupto. Te vemos torpe y acaso malintencionado, pero no corrupto.

Cuando pasa algún tiempo y no decís nada de nosotros, comenzamos a preguntarnos qué pasa, y de eso hacemos chistes. A veces de repente alguien en la Redacción viene y pregunta: ¿Y el Luers no ha escrito nada de nosotros? No, le responden. Y el otro pregunta de nuevo: ¿Por qué no, para enojarlo, decimos que de La Ventana salió dinero para la campaña sucia de ARENA, y así nos vuelve a volar verga? Risas. ¿Por qué no decimos que fue skinhead en sus días de universidad en Alemania y lleva tatuada una esvástica en la nalga derecha y un osito de Winnie the Pooh en la izquierda? Más risas.

Otro dice: No hombre, eso de nazi puede ser ofensivo para él compañero Luers, eso es para la mara de El Trompudo, mejor sólo dejemos lo de Winnie the Pooh en la nalga izquierda.

Pero como el Luers es de derechas, tercia otro, debería llevar algo en la nalga derecha. ¿Qué tal un corazón chorreando sangre con un cuchillo atravesándolo y la leyenda: ARENA: tuyo forever? O: “ARENA: mátame pero no me dejes”. “El rojo del corazón sobresaldrá en la nalga de chele alemán”. Carcajadas.

O mejor “emputémolo”, decía otro, diciendo que ya van varios casos de clientes de La Ventana que se quejan de que siempre salen patas de cucaracha en las sopas, aunque sea paja. Y que un día, la única respuesta que Luers se atrevió a dar a un comensal fue: “Las patas de cucarachas son parte indispensable de la tradición culinaria germánica”. Seguro que con eso se deja ir con varias columnas, jajaja, se rió el compañero.

Y así por el estilo. Sos como el chompipe de la fiesta por estos lados. Hasta diríamos que te tenemos cariño, por inyectar de hilaridad el espíritu aquí en la Redacción. El que más se ríe de tus tonterías es Juan José Dalton, el director, en quien vos descargas todo el hígado posible en tus escritos, pero “Juancho” en lugar de molestarse, se ríe y todo lo hace chiste. “No le hagan caso al Paolo, se le fue la mujer quizás y no tiene con quien pelearse”, dice el Juancho.

Yo, chele, francamente no entiendo cómo es que has llegado a ser “analista”. Cuando yo te conocí a mediados de los 90, eras el gerente escuálido de Primera Plana, semanario de corta vida en el que, te acordás, trabajé como reportero e hicimos un tremendo equipo editorial con gente como Pablito Cerna (que ya partió de este mundo), Carmen La Flaca Guzmán, Cecilia Cabrera, Tomás el Chele Papaya Long, el Choco Miguel Huezo Mixco, Víctor Flores y Horacio Castellanos Moya, entre otros. Se puede decir que Primera Plana marcó un antes y un después en el periodismo salvadoreño.

Vos casi no te metías en el área editorial, y no tenías por qué. Alguna que otra vez Horacio te dejó escribir algún boladito intrascendente, pero más que todo pasabas enclaustrado en tu oficina de gerente, viendo con tus lentes culos de botella cómo levantabas financieramente el proyecto, lo que no pudiste (no falta quien te culpe a vos del fracaso, y hasta se habla de malversación. Yo más bien pienso que teníamos a un gerente que no tenía puta idea de cómo gerenciar un periódico, y esa ineptitud tuya acabó afectando, hasta que finalmente tronamos en 1996).

Y uno se va un par de años del país, y cuando regresa, Paolo Luers es el “analista” estrella de los medios locales. ¿Que qué?

Ningún analista serio se tomará el tiempo para mofarse de las respuestas que da la gente en las encuestas que publica un medio electrónico, y mucho menos irrespetar a los y las lectoras de la forma en que lo has hecho. Hay que ser muy canalla para hacer eso, Chele.

De nosotros y de lo que escribimos podés decir lo que querrás, porque, como te digo, eso es motivo de jolgorio en la Redacción. Pero se te pasó la mano al haberte mofado de los y las lectoras, y eso sólo dice la calidad de persona en la que te has convertido en esta era neoliberal, para mi tristeza.

Pero veamos algunos de tus hallazgos de analista estrella, en tu reciente escrito Manual del idiota salvadoreño: decís que el lector de ContraPunto piensa que ARENA causó la crisis económica en este país, como queriendo decir miren qué idiotas son estos lectores y lectoras.

Lo chistoso es que sos vos, Luers, el que queda como gran idiota. Porque cualquier economista te puede explicar, pues se ve que no lo sabés, que la crisis internacional vino a joder más la situación del país, pero crisis económica ya existía y se profundizó en los 20 años de gobiernos de tus cheros de la derecha. La crisis fue como la estocada final, pero hay que ser muy testarudo y torpe para negar que ARENA tuvo que ver en la crisis engendrada localmente.

Vos sos parte de ese reducido grupo de gente cegada ideológicamente que quiere tapar el sol con un dedo, que piensa que estamos jodidos a partir de la crisis internacional, antes de eso, todo lindo.

Siempre en la misma línea, ponés como de torpes el que el 68.7% califique de “excelente” el equipo económico de Funes. No sé si estabas en el país para entonces, pero hubo raramente bastante consenso al respecto, en darle crédito a ese equipo económico. “Empresarios avalan gabinete técnico”, tituló una nota El Diario de Hoy, el mismo que te paga para escribir reportajes sobre Hugo Chávez. “El sector privado elogió la preparación de los nuevos ministros y espera que el nuevo ejecutivo cumpla las promesas de Funes”, decía el antetítulo.

¿Por qué no publicás también en tu blog o mejor aún en El Diario de Hoy que los empresarios son igualmente idiotas?

También te burlás de que el 63% de los y las lectoras de ContraPunto esté en contra de la construcción de la presa El Chaparral. Pero es que así funciona la democracia, Chele Luers, unos están en contra, otros a favor. Pero burlarte de los que no comparten tus puntos de vista y tildarlos de idiotas, evidencia hasta donde llega tu arrogancia y desprecio por el que piensa diferente.

Sólo un corazón resentido como el tuyo puede llegar a eso.

Total que, partir de las simples encuestas publicadas por ContraPunto, que no esconden mayor cosa que eso, un sondeo, vos te dejás ir injustificadamente con toda la saña del mundo, y si fuera contra nosotros o lo que escribimos, nos diera risa, pero para nosotros los y las lectoras, de ContraPunto y de todos los medios, nos merecen todo el respeto posible, y vos los has irrespetado de gratis.

Pero eso es que me pregunto: ¿quién se habrá inventado eso de que vos, chele, sos analista? Como dicen en los países angloparlantes: analista my a...

Saludos,

Edgardo Ayala

Editor de ContraPunto


(tomado de ContraPunto)

Hillary's Honduran Exit Strategy

If there is one person in Honduras who is more despised these days than deposed president Manuel Zelaya it is a foreigner who goes by the name of Hugo. We refer here not to the Venezuelan dictator Hugo Chávez but to U.S. Ambassador Hugo Llorens.

Many Hondurans, including, rumor has it, President Roberto Micheletti, see Mr. Llorens as the principal architect of a U.S. policy that has caused enormous Honduran hardship.

There is a chance that the agreement signed late Thursday between the interim government and Mr. Zelaya will put an end to that suffering. Finally the U.S. and the Organization of American States (OAS) have agreed to step aside and allow Honduran institutions to decide if Mr. Zelaya is to be reinstated. Without international meddling, it is quite likely that Mr. Zelaya will be refused the presidency once more.

Yet many risks remain, starting with the fact that though the U.S. said it was going to butt out of Honduran affairs, old habits die hard. Referring to Mr. Zelaya's bid for reinstatement, Thomas Shannon, the U.S. assistant secretary of state for Western Hemispheric affairs, said last week, "That's the issue that's the most provocative and the one we will be watching most closely." Mr. Shannon should try watching the World Series instead.

The need to dictate to Hondurans how to run their country has been the problem from the start. The moment the Honduran Supreme Court ordered the arrest of Mr. Zelaya in June for organizing mob violence and attempting to overthrow the constitution Mr. Llorens anointed himself colonial viceroy in charge of imposing U.S. will. Plenty of Molotov-hurling leftists also took Mr. Zelaya's side. But Mr. Llorens staked out a position for the U.S., defending the legitimacy of the erratic former president. The U.S. ambassador used every weapon he could lay his hands on to try to force the country to restore Mr. Zelaya to power.

This violated Honduran sovereignty. But Mr. Llorens's boss back home, Barack Obama, seemed more interested in appeasing U.S. enemies than standing by friends, or even sticking to his pledge not to meddle in other countries' affairs. Mr. Chávez and Fidel Castro were supporting Mr. Zelaya, and Mr. Obama apparently wanted to be part of the gang.

Clearly no one in Washington expected it to be so hard to break the will of Hondurans. That effort became even more embarrassing when zelayistas mounted a campaign of terror, kidnapping and murdering Honduran authorities and their relatives. There were at least three such incidents in two weeks. The terrorists were also sabotaging the country's electricity grid. To avoid further taint, the U.S. sent a delegation to strike the compromise reached late Thursday.

The spin is that Mr. Zelaya will return to power. But the Honduran Congress will decide that, using opinions from the Supreme Court, the attorney general and other legal experts. Since it was the court and Congress that threw Mr. Zelaya out, this is positive. Yet if the court, which has the legal upper hand, stands firm and Congress reverses itself in favor of Mr. Zelaya, there will be a constitutional crisis.

That's not impossible, as the Zelaya reputation for buying votes is legendary. In May, the mayor of Tegucigalpa publicly denounced an offer by the Zelaya government to pay him $15 million to support a referendum on rewriting the constitution. Mr. Chávez has money too, and so do other drug-trafficking terrorist organizations around the region, like Colombia's FARC and numerous Central American gangs. These groups are notorious for infiltrating institutions. Honduras isn't immune.

Yet it is likely that the interim government decided to take the gamble because it believes that the high court and Congress, which both voted overwhelmingly to strip Mr. Zelaya of the office, will stand strong. In return for this risk, it gets U.S. and OAS recognition of the Nov. 29 presidential elections.

What is more, there will be no amnesty for Mr. Zelaya. He already has more than a dozen outstanding arrest warrants against him, and when he steps out of the Brazilian Embassy it is fully expected that he will be detained. The agreement also says that there will be no constituent assembly to rewrite the constitution so as to end presidential term limits.

Unnamed U.S. officials have told the press that Mr. Zelaya probably is coming back, turning up the heat on Honduras's Congress. And the OAS's General Secretary José Miguel Insulza is making noise about returning to Honduras to involve the OAS in Congress's decision. But Mr. Shannon reiterated to me Sunday that the U.S. believes this is now an issue for Honduran institutions to settle. He completely rejected a report in Sunday's El Pais newspaper claiming he is lobbying for votes for Mr. Zelaya's return.

By signing this agreement, Honduras helped Mr. Obama and Secretary of State Hillary Clinton save face. In return, Mrs. Clinton should tell Mr. Insulza to stay out of the country and its affairs. She should also tell U.S. officials to cease and desist with their pro-Zelaya rumors. While she's at it, the secretary could reassign Mr. Llorens. Havana comes to mind as a suitable posting. He will be greeted as a hero by the Castros and will find it easy to continue his friendship with Mr. Zelaya.

(The Wall Street Journal, New York)

Carta a Sigfrido Reyes, vicepresidente y futuro presidente de la Asamblea:

Estimado Sigfrido:

Te felicito. Lograste terminar de destruir lo poco que a este primer órgano del Estado ha quedado de decoro, poniendo en la Directiva a vendedores y compradores de diputados.

Lograste al fin ser presidente, pero de la Junta Directiva de la bolsa de compraventa de voluntados y votos.

Lograste conseguir nuevos socios para tu proyecto político de la democracia popular: Gallegos y Cia., entre ellos Mario Tenorio y Miguel Bolaños. Nada menos que el ex-jefe de fracción de Arena y el ministro y viceministro de gobernación de Tony Saca.

Me imagino que ya te pusiste de acuerdo con tu camarada, el nuevo ministro Humberto Centeno, que retire rápido las acusaciones de corrupción contra tus nuevos amigos Miguel Bolaños y Mario Tenorio.

Oh Sigfrido, siempre he admirado la capacidad de ustedes los comunistas de mostrar, al mismo tiempo, la más absoluta ortodoxia en el discurso y un extremo pragmatismo en la práctica. Los corruptos de ayer se vuelven los socios de hoy.

Todo esto, por supuesto, por el bien de la revolución. Bueno, si se puede combinar con un bien personal no hace daño, ¿verdad Sigfrido?

Disculpe, Sigfrido, que no voy a cerrar esta carta deseándote los mayores éxitos en tu gestión al frente de la Bolsa de Compraventa de voluntades políticas.

Paolo Lüers

(Más!)

lunes, 2 de noviembre de 2009

Ilegitimidad y cobardía

La denuncia dada a conocer ayer por la Comisión Permanente de Derechos Humanos de que el gobierno de Ortega está creando bandas para agredir a dirigentes de la sociedad civil, revela la naturaleza patológica, ilegítima y cobarde que caracteriza al presente régimen.

El hecho de que mi nombre esté en esa lista destinada a aterrorizar a un grupo de mujeres que somos voceras de organizaciones ciudadanas, tales como Doña Vilma Núñez de Escorcia, (un verdadero monumento nacional), Luisa Molina, de la Coordinadora Civil, Violeta Granera, del Movimiento por Nicaragua, Juanita Jiménez y Azalea Solís, del Movimiento Autónomo de Mujeres, me ubica en una compañía que me honra, pues son personas de reconocida integridad, inteligencia y coraje, que hoy por hoy representan la reserva moral y política de este país.

La estatura de estas mujeres nos permite valorar la pequeñez humana y la miseria de espíritu de quienes como gran “estrategia política” pretenden agredirlas. Con esta lista, se proponen ejecutar un “feminicidio político”, vapuleando, asaltando o matando como los más degradados delincuentes, a mujeres que representan la conciencia crítica de la nación. Ahí están para comprobarlo el caso de Leonor Martínez, del movimiento juvenil, emboscada y vapuleada casi frente a su casa en días recientes por denunciar el asalto a la Constitución, así como la insólita situación de la periodista independiente María Mercedes Urbina, sometida a abusos por el poder judicial, por investigar irregularidades del gobierno local en Nagarote.

Todo ello muy a tono con la personalidad y el ejemplo del Presidente y su consorte, que tienen el dudoso honor de estar registrados para la historia como emblemas de las pavorosas cifras que sobre abusos y delitos cometidos contra las mujeres se registran en el país.

Y es que el Orteguismo y su expresión partidizada como FSLN, representan un grupo que manifiesta el denominado “Trastorno de la Personalidad Antisocial” (TPA). Se trata pues de un colectivo de sociópatas, cuya condición se caracteriza por conductas persistentes de manipulación, explotación o violación de los derechos de los demás; conducta a menudo implicada también en comportamientos criminales. Un sociópata es un individuo engañoso, manipulativo y narcisista, que carece de remordimiento y empatía. Por eso, suelen deshumanizar a sus víctimas y mostrar irresponsabilidad por las consecuencias de sus actos, siendo irritables y agresivos.

El grave cuadro de personalidad antisocial que presenta el Presidente y sus seguidores, les hace rehuir las normas establecidas y se niegan a adaptarse a ellas, por eso, aunque saben que están haciendo un mal al país o a determinadas personas o sectores, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, sin importarles nada. Un rasgo común entre los sociópatas es la distorsión de la autoestima, que suele expresarse en el egocentrismo -creer que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás-, y en la megalomanía. Fíjense nomás en los discursos del Presidente y los delirios místicos e impositivos (por considerarse portadora de una verdad que revelar) de su consorte, así como en el comportamiento de sus más obsecuentes paniaguados: magistrados, diputados, líderes sindicales, presentadores oficialistas, capos de partido y jefes de rotondas.

Tal vez la expresión más palpable son las gigantografías que nos asaltan en cada cuadra con la imagen del Ciudadano-Pueblo Presidente-Daniel que lo anuncian como el “rey de los pobres” y como cornucopia de la abundancia en salud, comida y trabajo, con cifras incomprobables y por lo demás, mentirosas. La megalomanía está asociada con delirios de grandeza, poder u omnipotencia, que dan cuenta de la extravagancia de sus actuaciones y la parafernalia del poder con la que se rodean. Pero principalmente a una obsesión compulsiva por tener el control de todo, que es el mal que aqueja comúnmente a los dictadores, puesto que temen y sospechan de todo aquello que quede fuera de su mando. Cuanto más borrachos de poder están, más recelan de la lealtad de aquellos que le rinden culto, lo que explica por qué suelen despedir inopinadamente hasta a los más abyectos de sus seguidores.

Una personalidad narcisista como la de Ortega, supone que él es la guía y medida para todo el mundo y que sus verdades son irrebatibles. En el fondo el pobre diablo narcisista se emborracha con sus propias palabras y necesita admiración y adulación permanente, para remendar la falta de autoestima que padece. Para compensarla, se rodea de un círculo de sociópatas aduladores que le hace la corte y que, como el espejo de la reina de Blancanieves, lo reafirma diciéndole que es el más bonito, el mejor, el único, el imprescindible. Ahora le gritan: ¡No te vas, te quedás! Y un grupo de seis seudo-magistrados, escriben la sentencia ordenada para perennizarlo en el poder.

Así las cosas, no debe extrañarnos que su poder esté fundado en la ilegitimidad y la cobardía, puesto que se sostiene en la “bóveda del miedo” que controla a los sumisos miembros del FSLN, orientándoles perseguir a quien es crítico o no le rinde pleitesía. En la marcha de León, en septiembre del año pasado, pude ver cara a cara a estos sociopatas que pretendieron agredirme: blandiendo garrotes, lanzándome insultos, empujones, líquidos inmundos y pedradas. Eran casi todos funcionarios públicos, algunos conocidos. Hombres que olían a sudor y miedo: un grupo de “valientes” que agredían a mujeres y chavalos desarmados, pero que son eunucos ante el poder.

La enfermedad moral que aqueja al Orteguismo se llama narcisismo maligno. Para esto no hay cura ni terapia posible, ni Constitución, ni leyes ni normas que valgan. Por el carácter de esta enfermedad colectiva, los individuos sólo son capaces de profesar lealtad al grupo específico que los contiene, pero no a toda la sociedad. Cualquier intento de razonamiento, discernimiento, debate democrático, llamado al sentido de la responsabilidad o a la ética política, es inútil. Para ellos no existe Nicaragua ni la sociedad, pues son un grupo cerrado y autoreferenciado en su locura. Viven en una burbuja esquizofrénica que los separa de la realidad y del resto de nosotros, ciudadanos comunes y silvestres que nos damos cuenta de que el rey anda desnudo.

Por ello, el desalojo del poder es necesario e inevitable, por la sanidad de la nación y para detener el asalto totalitario, el caos económico y el terror contra los ciudadanos. Hoy somos un grupo de mujeres las amenazadas por el terror. Mañana será toda la sociedad. Hay que actuar ahora. Ya todo mundo sabe lo que toca hacer con las dictaduras.

(El Nuevo Diario, Managua/Nicaragua)

El museo nacional del absurdo

Las paradojas mueven al mundo. Quizás son, en verdad, el secreto motor de la historia. Charles Baudelaire pensaba que nuestro planeta sólo funciona gracias al malentendido. Se quedó corto. En realidad, el absurdo es nuestro reino. Por eso la casualidad es la mejor de las religiones posibles. Por eso necesitamos certezas portátiles, una fe capaz de estar siempre en desconcierto.

Basta asomarse a cualquier noticia, cada día, para constatar este delirio más o menos organizado que es la historia.

Y no estoy pensando tan sólo en nuestra historia. Fíjate, por ejemplo en el caso de Zelaya.

Honduras es una incoherencia en mitad del mapa. Aun tomando en cuenta todas las versiones, y sumando todas las comillas de cada caso, lo único cierto es que el país tiene dos presidentes, ambos en situación de violencia y acosados por los modernos fantasmas de la legalidad y de la legitimidad. El mundo, la diplomacia, las relaciones internacionales, los organismos multilaterales... Todo forma parte de un gran vacío alrededor de esa paradoja que es Honduras: para salvar la democracia, elimina la democracia.

Otro caso que convoca a más de una perplejidad es el Nobel de La Paz para Barack Obama.

Se trata casi de un Nobel para castigar a Bush, una manera de celebrar la democracia norteamericana por haber apostado por un presidente que ha prometido evitar que los militares sigan gerenciando la Cancillería de su país. El punto más inverosímil de todo, justamente, reside en esa posibilidad de dar un premio a futuro. Es una recompensa por algo que sin embargo todavía no se ha hecho. Barack Obama ha recibido un Nobel preventivo. Quizás tan sólo tiene que ver con esa misma gran paradoja de Alfred Nobel: el reconocimiento más trascendente al trabajo mundial por la paz lleva el nombre del hombre que inventó la dinamita.

Pero suele la locura ­Erasmo de Rotterdam escribió un bestseller sobre el tema­ eludir sus síntomas, disfrazarse, vestir siempre otros gestos. Se produce una extraña e ilógica sensatez, una suerte de absurdo organizado, de desquicio oficial, con su propio protocolo. Lo que ocurre con Fidel es un monumento al absurdo mundial. En términos rígidos, él es, de facto, el personaje latinoamericano más parecido a Augusto Pinochet. Ha controlado y sometido, a través de la fuerza militar y del control del Estado, a un país durante décadas. Pero, ahora, casi desea aparecer ante la historia como un demócrata hondamente preocupado por la ecología. Eso sí: sigue sin perder los privilegios. El delirio nunca es tanto. Conoce demasiado bien sus propiedades.

Por supuesto que quien se asome a nuestro territorio podrá tropezarse con muchos y diversos síntomas del absurdo. Esto de considerar que la crisis eléctrica nacional es responsabilidad de los gobiernos adecos y copeyanos es un ejemplo demasiado iluminador. Porque lo paradójico no está en creer o afirmar algo tan descabellado sino en creer o afirmar, al mismo tiempo, que el sistema nacional de orquestas es una obra de la revolución.

Una paradoja dentro de otra: el absurdo es selectivo.

Pero la lista de casos puede ser infinita. Y no sólo son exclusividad del Gobierno, obviamente. Estos diez años dan para un museo. Tal vez nos haga falta: el gran museo del absurdo nacional. De vez en cuando es saludable tener memoria. Hemos vivido llenos de paradojas trepidantes. Las cultivamos con verdadero entusiasmo y ya sin ningún pudor. No quisiera cerrar el domingo, en las líneas que quedan, sin mencionar la sonada convocatoria al duchazo de tres minutos. La expresión quizás no puede ser más perfecta. Es una fotografía magistral de cómo el poder entiende la izquierda. O más bien, para seguir retozando en las propuestas metafóricas oficiales, de cómo el poder vive, disfruta y goza de sus privilegios mientras se da baños de izquierda.

El absurdo al desnudo: al mismo tiempo que el Presidente invita a la población a darse un baño comunista, aparecen los presupuestos oficiales de sus gastos personales, incluso de tocador, para el año que viene. En la distancia que hay entre los miles de dólares que el Presidente gastará en zapatos y los minutos de agua que tendremos los venezolanos para bañarnos se encuentra toda la ideología de la revolución bolivariana. Lo demás es Meszaros.

Quizás hoy, los ministros y gobernadores, los funcionarios que están obligados a asistir al programa, también quisieran tener un poco de esa misma ideología: ¿No podría el Aló, Presidente de hoy ser también comunista y durar tan sólo tres minutos?

(El Nacional, Venezuela)

Bolsa de voluntades

Hablan de “la nueva realidad política” como si el país hubiera celebrado nuevas elecciones y la renovada voluntad del pueblo se expresara en una nueva correlación de fuerzas legislativas. Yo prefiero hablar de la Asamblea convertida en bolsa de compraventa de voluntades.

El Frente, junto con los 12 diputados ex areneros recién adquiridos, se tomó el Parlamento. Bueno, la directiva. En vez de desbancar a don Ciro, como intentaron hacer el jueves, el FMLN+12 se dejaron convencer del presidente Funes de que sería mejor salvarle la cara y dejarlo unos 15 meses más en la silla desde la cual dirige la Asamblea.

Claro, de nada les hubiera servido comprarse a los 12 ex areneros si al mismo tiempo se ganan la enemistad del PCN. Así hubieran ganado la mayoría simple, pero perdido toda esperanza de alcanzar la mayoría calificada que Funes y el Frente necesitan para la aprobación de los créditos y del presupuesto extraordinario.

Funes hizo entrar en razón al FMLN+12 e hizo que Sigfrido Reyes aceptara esperar 15 meses antes de coronarse como presidente, aunque sea solamente de la Asamblea.

Entonces, había que negociar con el PCN. Un día después del intento de desbancarlo se sientan con él a transar. Una ronda memorable: compradores y ofertantes de voluntades políticas, juntos con los “brokers”, definiendo la “nueva realidad política del país” y fijando los precios de diputados, secretarios y vicepresidentes de la Asamblea. En el mundo financiero esto se llamaría manipulación de la bolsa, y para evitarlo hay instituciones con autoridad de supervisión y sanción. En política, se llama negociación y no hay autoridad que la supervise o sancione más que nuestra conciencia ciudadana...

¿Alguien realmente se sorprendió de que Ciro Cruz Cruz Zepeda estuviera dispuesto a apoyar el golpe de Estado en la Asamblea, con tal que le dejen otros 15 meses de presidencia legislativa?
El jueves le enseñaron el palo; el viernes, la zanahoria. Le dijeron: “Te vamos a joder de cualquier manera, porque ahora somos el FMLN+12. Si te unís a nosotros, te dejamos 15 meses más; si no, te vas hoy mismo”.

Don Ciro agarró la zanahoria y seguirá presidiendo la directiva de la Asamblea, sólo que a partir de hoy una directiva donde manda el Frente. ¡Felicidades!

Los resultados de esta transacción: Un voto (con su respectivo salario) más para el Frente en la directiva; uno menos para ARENA, uno menos para el PDC, los dos partidos que se mantuvieron fuera del pacto. Y se quedan con tres votos cada uno los dos grupos que constituyen el “pool” de votos disponibles que están en oferta: PCN y los 12.

Entiendo perfectamente por qué Rodolfo Parker, el secretario general del PDC y hasta el sábado vicepresidente de la Asamblea, no peleó su cargo. Le felicito de que se haya retirado. Lo que me cuesta entender es que Parker y su PDC al fin dieron sus votos a esta nueva directiva. Si Rodolfo Parker está convencido de que la salida de los 12 de ARENA y el nuevo pacto legislativo FMLN+12+PCN es resultado de “una conspiración liderada por Venezuela y teniendo como referentes principales a José Luis Merino y Sigfrido Reyes que buscan la instalación del socialismo del siglo 21 en el país” (vea entrevista en El Diario de Hoy del 1 de noviembre), ¿por qué diablos vota por Sigfrido Reyes como vicepresidente y futuro presidente de la Asamblea? Si Rodolfo Parker dice que el golpe que el viernes se consumó en la Asamblea constituye “una posible inconstitucionalidad”, resulta absurdo avalarlo con sus votos.

Igual la actitud de ARENA. Hay que felicitarlos por negarse a participar en esta rifa. Gallegos ofreció, con la generosidad de quien se siente ganador: Si participan, les aseguramos sus tres votos en la directiva. Si no quieren ensuciarse las manos, les quitamos uno...

Lo más decoroso, pero tal vez políticamente no tan prudente, hubiera sido que PDC y ARENA se retirasen de esta directiva que nació de una reunión nocturna entre vendedores, compradores y facilitadores de voluntades políticas, votos legislativos y cargos bien remunerados.

Hicieron bien en no participar del chanchullo. Pero se quedaron cortos. Casi siempre hacer lo correcto tiene un alto precio. Se necesita valor y visión para asumir este costo. Hay que empezar a negarse al chantaje. En este sentido, la salida de los 12 diputados es dolorosa para ARENA, pero puede ser la gran oportunidad para renovar y consolidar al partido.

Igual, el hecho de que ahora el FMLN+12+PCN tomó control de la directiva legislativa es doloroso, porque es una alteración de la voluntad popular expresada en enero. Pero si este es el impulso que la nueva ARENA necesitaba para realmente asumir su rol de oposición, tal vez al final no resulte tan negativo.

Por otra parte, no hay que dar por perdida la batalla para evitar que el Frente disponga de una mayoría calificada en la Asamblea. ARENA tiene la obligación de seguir recordando al PCN e incluso al grupo de los 12 que han sido electos para hacer contrapeso al nuevo gobierno, y de seguir retándolos a asumir este papel. La batalla no está perdida. No es cierto que el viernes el PCN haya decidido incorporarse en un bloque con el FMLN y los 12. Sólo ha reafirmado su trayectoria de jugar a dos bandos. En última instancia, irá con el más fuerte. Y todavía nadie sabe quién saldrá realmente fortalecido de todo esto...

(El Diario de Hoy)