lunes, 10 de marzo de 2014

9M: la película de suspenso

Comienzo a escribir esta columna a las 17:50 horas del domingo 9M, cuando el consolidado nacional, que da el TSE en su sitio WEB, contabiliza los resultados de las primaras 150 urnas. ARENA y el FMLN están empatados con 50.59% y 49.41%, respectivamente. Primera sorpresa en esta segunda ronda: La carrera está abierta. No es como muchos pensaban (y deseaban) que esta votación, luego del resultado tan claro del 2 de febrero, es sólo un trámite.
A mi no me sorprende tanto. Vi en las últimos tres semanas que sectores de la sociedad civil, que en la primera vuelta le negaron el voto a ARENA, se movilizaron para evitar un triunfo del FMLN. Y para sorpresa de muchos, hubo apertura en ARENA: el candidato y los dirigentes partidarios comenzaron a escuchar las críticas y las propuestas de la sociedad civil que antes se negaron a tomar en cuenta.

Ambos, los opositores de la sociedad civil y el partido tuvieron que llevarse el susto de la primera ronda para despertarse: el partido mostró apertura, y ciudadanos que se sienten parte de la oposición al FMLN, pero no del partido ARENA, abandonaron su arrogancia frente al candidato y al partido. Comenzaron movimientos de jóvenes, de profesionales, de empresarios, de mujeres a movilizar contra la abstención – y de repente, de manera casi directa, para ARENA. Cosa que no se ha dado en años.

Y de repente, este domingo electoral, miles de jóvenes se pusieron los colores de ARENA, no por entusiasmo por el partido, sino por rechazo al FMLN, a Funes y a Sánchez Cerén. Y pasó lo que ahora estaos viendo: hay empate. A las 18:05 horas, con 1224 urnas contabilizadas, ARENA sobrepasó al FMLN con 50.39%.

ARENA, gane o pierda, tiene que sacar la lección correcta de esta película de suspenso que comenzó el 3 de febrero y culmina hoy: Tiene que construir su futuro decididamente sobre este fenómeno de movilización que se dio en el espacio entre partido y ciudadanos independientes: una movilización por la institucionalidad democrática, la libertad de expresión y por la libertad empresarial. Si ARENA, a partir de mañana, se olvida quiénes los han sacado del hoyo, no podrán capitalizar lo que han ganado entre primera y segunda vuelta. Perderían una gran oportunidad.

El Frente no ha logrado provocar un cambio en la relación entre partido y sociedad civil. Mucho menos entre dirección partidaria y los sectores más independientes y exigentes de la sociedad civil. Por esto no crecieron de febrero a marzo. La prepotencia y autosuficiencia siempre se paga, y a veces a tiempo. Tienen que aprender que no es la ultraderecha que les quitó el triunfa que pensaban seguro, sino los ciudadanos con sentido crítico y de independencia, exigencia de transparencia – incluyendo sectores de la centroizquierda. Si el FMLN no realiza (o no quiere realizar esto), su futuro no es prometedor...

A las 18:50 pasa algo insólito: El conteo del TSE refleja exactamente 50% versus 50%. Empate limpio. Reflejo no tanto de la polarización, sino más bien de lo volátil de la correlación de fuerzas – y de la voluntad popular. Lo que en febrero parecía una derrota abismal para ARENA y un cheque en blanco para un futuro gobierno del Frente, en la noche del 9 de marzo resulta ser una película de suspenso, donde a las 19:20 con 87% de las urnas contabilizadas la diferencia (ahora para el FMLN) es solo de 0.26%, o de 6,200 votos.

A las 19:25 horas aparece el TSE en cadena nacional diciendo que no hay resultado definitivo, que la diferencia es tan pequeña (0.22%) que no pueden declarar ganador definitivo.

ARENA, aunque no gane la presidencia, ha conquistado una gran victoria. Remontar 10% en 5 semanas no es cosa fácil. Reitero, la principal ganancia de ARENA es el proceso político y de comunicación que en estas 5 semanas pasó entre el partido y la sociedad civil. Este proceso tiene el potencial de cambiar ambos –partido ARENA, y todo el amplio contorno opositor no partidario-, siempre y cuando en ambos se realicen los debates necesarios y las decisiones correctas.

Es perfectamente posible que el resultado de las elecciones legislativas en marzo del 2015 establezca un equilibrio entre gobierno y posición. Es obvio que nadie en este país quiere que un partido tenga poder absoluto, ni mucho menos la capacidad de acaparar todas las instituciones.
(El Diario de Hoy)