martes, 26 de marzo de 2013

Carta a las actrices del Teatro del Azoro

Muy queridas amigas: 
Yo no soy mucho de teatro. Normalmente me aburre o me da pena ajena. Cuesta que me lleven a una sala de teatro...
Pero lo que sí me fascina es el experimento creativo audaz - y la acción política provocativa. Por esto, cuando ustedes me buscaron para preguntarme si podía organizar una función de su obra 'Los más solos' en un penal lleno de pandilleros, inmediatamente dije que sí. Porque sentí que ahí se estaba gestando un experimento artístico (¡y político!) muy audaz. Porque su obra es de diversión. Es como una bofetada, más bien como una sesión de tortura para la paciencia del público. Es una historia basada en un reportaje del Chele Carlos Martínez de El Faro sobre la vida de 4 reos, que se volvieron locos en las cárceles y fueron remitidos al hospital psiquiátrico de Soyapango: los más abandonados por Dios y la humanidad. Y esto lo íbamos a llevar a Ciudad Barrios para que lo vean entre 1500 y 2000 pandilleros...
De paso sea dicho: Ellos tuvieron la misma reacción inmediata y positiva cuando fuimos a presentarles la idea. ¡Démosle! Quedamos de viajar a Ciudad Barrios un viernes en la tarde con todo el elenco (cuatro mujeres) y todos los chunches que necesita un teatro: luces, audio, proyector de vídeo, escenografía...


Ustedes realmente no tuvieron idea en qué huevo se estaban metiendo. Yo les dije: "No tengan ningún miedo a los reos, ustedes como invitadas estarán más seguras que en cualquier otro lugar de El Salvador... pero tengan miedo al impacto emocional que este experimento va a causar al público (¡y a ustedes mismas!). Están generando como una reacción química incontrolable... Esta visita va a cambiar la manera cómo ustedes ven a las pandillas y por ende, a su país y su futuro", les dije. Bueno, ustedes se lanzaron de todos modos...
¡Me convencieron! Se arriesgaron y entraron al penal de los pandilleros con la mente y el corazón abiertos. Encontraron de inmediato cómo hablarles. Y cómo escucharles. Se armó una reunión intensa con unos 40 pandilleros involucrados en grupos de teatro, los reos-teatreros hablando del arte como herramienta contra la violencia y el odio... De repente, la reunión se convirtió en una sesión improvisada pero muy intensa de técnicas teatrales. 40 pandilleros, obedeciendo ciegamente las ordenes de 4 chicas, como si fueran alumnos de colegio y no asesinos condenados y manchados de cuerpo, cara y alma...
Y en la noche la función, el show. Unos 1500 reos (el resto de los 2500 habitantes del penal no cupo en el patio central). Un escenario de teatro mil veces más realista que en cualquier sala profesional. Silencio total. Y de repente los gritos de ustedes, transformadas en reclusos del manicomio, expresando el dolor, el odio, la esperanza de "los más solos"... Ustedes nunca han tenido un público tan cautivo, tan atento, tan obediente de seguir el tren de emociones del teatro... Ellos nunca han tenido visitantes tan abiertos, que se hacen tan vulnerables, como ustedes. Al final abrazos, lágrimas de los dos lados. Palabras de mutuo respeto, mutuo agradecimiento. La despedida: ustedes diciendo a los 1500 pandilleros que esta noche cambió su vida. Pandilleros diciendo lo mismo, en otras palabras menos poéticas, más rudas.
Y yo, por un instante, recuperé la confianza en el lenguaje universal del arte, del teatro, del diálogo.
Gracias, Alicia Chong, Paola Miranda, Pamela Palenciano y Egly Larreynaga, las actrices. Gracias, Luis Felpeto, quien junto con Egly pusiste en escena esta aventura. Gracias a Tiberio Ramírez 'El Snyder' por organizar este evento desde adentro del penal.
Gracias les dice 
(Más!/ED)
Vea fas fotos de  este evento en  la página de facebook de Paolo Luers