sábado, 5 de enero de 2013

Carta al canciller de la República

Estimado Hugo Martínez:
Me enteré que te quieres hacer Secretario General del SICA (el Sistema de Integración Centroamericana, para los lectores que, con mucha razón, no saben qué diablos hay detrás de estas siglas). Te felicito, porque te permitirá seguir jugando a gobierno dos años más, a partir de enero 2014, cuando el resto de tu gobierno ya empacará para irse a su casa...

Sin embargo, te recomiendo que lo pensés bien. La única manera decente de aceptar este cargo es con el propósito de lograr una de dos: o una integración verdadera que beneficia al ciudadano; o, si esto fuera imposible, abolir el SICA, con todo y la farsa del Parlamento Centroamericano. Ambos, SICA y el Parlamento, nos cuestan demasiado dinero para seguir siendo adornos y parqueo para políticos fracasados...

Para ilustrar lo que estoy diciendo, te voy a contar mi experiencia en mi reciente viaje a Costa Rica. Tomé la decisión de ir en carro. Ahora entiendo porqué casi nadie hace esto. Anteayer manejamos de Nosara en Costa Roca a Granada en Nicaragua: 7 horas. 4.5 horas para manejar, 2.5 horas para cruzar una frontera. Ayer manejamos de Granada a San Salvador: 11 horas. 3 horas manejar en Nicaragua; 1 hora para cruzar a Honduras; 2 horas viaje en Honduras; 2 horas para cruzar a El Salvador; 3 horas de viaje en El Salvador. 3 horas tiempo muerto en 4 filas de migración. Sólo la cola en el puesto salvadoreño en El Amatillo: hora y media, para procesar la misma cantidad de viajeros que pasaron por la migración hondureña del otra lado del río en 10 minutos. Y esto parecía poco en comparación con el viaje de ida, cuando estuvimos 2.5 horas haciendo fila en migración salvadoreña, pero sólo 15 minutos en la hondureña. ¿Cómo se explica esto, si nos es con ganas de joder?

¿Y qué pasó con el acuerdo migratorio del C4, Hugo? Yo me recuerdo que hace 2 años uno pasaba a Honduras o Guatemala sin bajarse del carro. ¿Por qué tu gobierno suspendió esto? Ahora nuestras fronteras son otra vez como en los años 80, cuando tuvimos revoluciones y guerras y dictaduras en Centro América...

De veras: las últimas veces que pasé semejante carrera de obstáculos en fronteras, fue cuando viajé en carro de México a Nicaragua en 1980; y cuando manejé de Berlín a Budapest, pasando por tres países socialistas...

La integración centroamericana sólo tiene sentido si comienza con la libertad de movimiento de los ciudadanos dentro de todos los países. Para las personas ni siquiera deberían existir fronteras en Centroamérica. En carro, en bus o en avión deberían moverse libremente dentro de CA: sin registro, sin sellos, sin pagos, sin papeleos, sin perder su tiempo haciendo cola. Así como el Estado no tiene porqué saber si un ciudadano se encuentra en La Unión o en Ahuachapán, tampoco tiene que registrar y controlar si anda en Honduras o Nicaragua.

Antes de llegar a algo concreto que favorece a los ciudadanos, no hablen más de Integración, por favor.

¿Cómo se llega a esto, me va a preguntar? Bueno, canciller, haciendo su trabajo: tomando los acuerdos necesarios de cooperación judicial, migratoria, de seguridad... que nos permiten borrar las fronteras, por lo menos para las personas.

Si no podemos borrar las fronteras, mejor borremos el SICA y el Parlamento Centroamericano.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)