martes, 28 de junio de 2011

Carta al director de la unidad de salud

Estimado director:
 
Hoy sí lo fregaron. Tiene que lidiar con el dengue, el rotavirus y otras pestes recurrentes. Tiene que manejar un presupuesto y bodegas de medicina que nunca alcanzan. Tiene un sólo inspector para el papeleo interminable de los permisos de salud de los comedores, restaurantes y hoteles..

Y ahora viene la Ley de Control del Tabaco y le nombra a usted policía de tabaco, para poner multas a quien fume en una oficina, una funeraria, un cafetín, una discoteca. No sólo esto, su inspector de salubridad va a tener que encargarse de los permisos de vender tabaco que los sabios diputados se inventaron. Ya veo al pobre hombre multando a las señoras de canasto o de las tienditas.

Pero esto no es todo: usted no sólo va a andar de policía, sino también de juez especial anti-tabaco. Porque la unidad de salud será la entidad que va a recibir denuncias, hacer inspecciones, escuchar testigos, emitir multas, resolver quejas, recibir recursos de descarga, emitir resoluciones... 

Le felicito: trabajo interesante va a tener: un experto en saludo convertido en todo un experto legal. Va a lidiar con señoras encachimbadas que ya no pueden vender cigarros en la calle. Con fumadores iracundos porque la suegra no lo deja fumar en su propia casa. Con meseros que se niegan a actuar de policías auxiliares.

El resultado: Más papeleo, más inspecciones, más burocracia. Posiblemente menos salud preventiva, porque su personal tendrá menos tiempo para combatir las diarreas o las gripes. No tomando en cuenta las campañas de re-educación a os fumadores.

Estoy en favor de una ley que regula adónde no se puede fumar. Es necesaria. Pero sin tanta paja y tanta burocracia. 

Saludos, Paolo Lüers

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