jueves, 19 de mayo de 2011

Carta al símbolo de la ‘izquierda de lujos’

Estimado compañero:

Usted tiene fama de andar en lujosos carros deportivos, a pesar de presentarse como político progresista, como un hombre de izquierda.

Usted tiene fama de viajar en aviones privados, a pesar de que se proyecta al pueblo como promotor del cambio y de la responsabilidad social.

Usted se viste de los mejores trajes hecho a la medida, frecuenta los restaurantes más lujosos e invita a sus alegados a los licores más finos, pero sigue manejando un discurso de izquierda.

Usted pide al pueblo y a los empresarios sacrificios económicos para salir de la crisis económica, pero en lo personal vive la vida loca de lujos y de lujuria.

Usted se presenta como hombre casado y padre de familia, pero cada rato conocemos de nuevos amoríos suyos.

Su esposa, por lo menos en público, hace ojo pacho a este juego para no perjudicar la imagen de su esposo como funcionario y como líder de izquierda, pero a esta altura ya nadie le cree.

Lo más increíble: mientras todo esto estaba pasando, durante años y a la vista de todos, usted todavía gozó de la credibilidad y del liderazgo de un líder progresista. Nadie le cuestionaba sus pretensiones presidenciales. A todo les parecía aceptable su estilo de vida.

Hasta que usted cometió llevó el problema de mujeriego a otro nivel y empezó a corretear a mucamas en un hotel de lujo...

De repente, ya cuando en la prensa salieron los fotos de usted preso por abuso sexual, su partido y toda la izquierda lo empezaron a cuestionar. Un poco tarde, ¿verdad?

Si le hubieran parado el tren antes, cuando no era un caso criminal, sino ‘solamente’ de ética, todos se hubieran ahorrado un montón de problemas.

C'est la vie (así juega la vida), monsieur Dominique Strauss-Kahn, todavía jefe del poderoso Fondo Monetario Internacional y hasta hace poco candidato a la presidencia de Francia, actualmente preso en la cárcel de Rikers Island en Nueva York,

Paolo Lüers

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