martes, 7 de agosto de 2007

¿QUEREMOS MINAS EN EL SALVADOR?

El problema con las minas es serio. Estamos ante uno de los problemas ambientales más importantes que El Salvador podría enfrentar. La reacción de los ambientalistas ha quedado corta, ha habido más protestas por la situación del Espino o de Los Cobanos. Sin embargo, el problema de las minas es más importante. Al investigar sobre el tema, existe una consistente amenaza y malas prácticas en muchos lugares del mundo. El control que se tiene que tener es grande y la presión social que se tiene que ejercer es grande. El gobierno tiene que garantizar una excelente supervisión de los procesos.

Las minas a cielo abierto son aquellas cuyo proceso extractivo se realiza en superficie y con maquinaria minera de gran escala. Estos tipos de minas destruyen paisajes enteros y el impacto a los ecosistemas que existían es grave, ya que simplemente dejan de existir. Pero la minería subterránea también tiene graves impactos ambientales, no tan evidente como el otro, pero igual de graves. Las minas pueden arrasar grandes porciones de bosques o básicamente cualquier cosa que se encuentre en ese lugar.

El impacto de las minas no es exclusivo del proceso extractivo, sino también del transporte y procesamiento. El impacto de la exploración y predesarrollo también es importante. Pude variar desde la alteración superficial causada por los caminos de acceso, hoyos, fosas de prueba, polvo atmosférico, ruidos y emisiones de los motores; a la alteración de ríos, drenajes, humedales y acuíferos. El desarrollo de la mina incluye el drenaje del área, la descarga del agua, la remoción y almacenamiento de grandes volúmenes de desecho, el traslado y el procesamiento. Durante este proceso existe un gran impacto sobre los ecosistemas presentes en el área de trabajo. Implican la alteración total del área. La contaminación que se produce es debido a las emisiones de la maquinaria, las descargas de agua contaminada, la interrupción de acuíferos, remoción del suelo y vegetación. Los sedimentos que se producen pueden ir a parar a ríos y lagos, aumentando la carga que llevan los mismos y produciendo anegamiento. Los lixiviados son los líquidos que se producen al pasar el agua por estos minerales que las vuelven contaminantes. Y aunque existen sistemas de seguridad, siempre es un peligro inminente que existe algún derrame o problema que puede tener un impacto ambiental fatal. Estos son solo algunos de los problemas que la extracción de minerales pude producir, por tanto las consideraciones y métodos de mitigación que se deben de considerar son enormes.

La extracción de oro es particularmente problemática. Cuando el mineral se encuentra en pequeñas partículas no separable por procesos mecánicos, se utiliza cianuro de sodio para separa el oro de la roca, se le agrega zinc y precipita este y el oro. A esta mezcla final se le agrega acido sulfúrico para dejar el oro puro (casi puro 99.9999%; fuente: Pacific Rim). La tecnología necesaria para la seguridad de este proceso esta disponible, pero no se utiliza siempre. La falla de estas medidas puede ser considerable y ha ocurrido en muchos lugares no solo en el trópico sino en países mucho más industrializados. La liberación de cianuro o acido sulfúrico en las cantidades utilizadas en la minería pude dejar inerte ríos enteros durante muchos años. Y es que el cianuro es conocido normalmente porque se utiliza como veneno. ¿Es este un riesgo que creemos que el gobierno de El Salvador nos puede garantizar que no ocurra?

Así como el ejemplo del oro, otras formas de minería tienen sus riesgos particulares, que tienen que ser analizados para decidir si queremos minas en El Salvador y cuáles son las minas que quisiéramos en El Salvador. Las grandes compañías mineras son problemáticas y poderosas, venden la “fiebre del oro”, nos venden el espejo de sentirnos ricos y poderosos por tener recursos, pero lo cierto es que la mayoría de empresas tienen problemas y oposición en cualquier lugar que se sitúan. Pacific Rim, una de las compañías mineras que está haciendo exploración en El Salvador, tiene serios problemas en muchas de sus minas, siendo tal vez el más famoso Denton-Rawhide en Estados Unidos, el cual ha afrentado fuertes denuncias. Barrick Gold es otra compañía que enfrenta fuertes críticas por las obras realizadas en Pascua-Lama, en la frontera entre Argentina y Chile, las cuales la ha obligado a incluir en su página web una aclaración.
Las compañías mineras han puesto propaganda en los periódicos salvadoreñas disfrazadas de noticias. Me parece que al publicar estos anuncios debería de quedar claros quien los paga y que son efectivamente propaganda, si no la prensa se convierte en cómplice de divulgar mentiras. Un campo pagado que salió en la Prensa Gráfica y el Diario de Hoy, disfrazado como una noticia sobre la Fundación Clinton, esta demagógicamente muy bien hecho. Elaborado de tal forma que pareciera ser que esta fundación está a favor de la minería, cuando el proyecto que tienen es de descontaminación y limpieza que estas compañías han creado. También han estado saliendo unos anuncios de radio sobre la iniciativas mineras sudamericanas, hablando bellezas sobre las operaciones mineras en Venezuela, Ecuador y Bolivia; supongo que en un esfuerzo de hacer ver que los gobiernos populistas están a favor de la minería y que por tanto el FMLN debería de estar de acuerdo con la minería en El Salvador. Espero que el Frente pueda diferenciar su simpatía con estos gobiernos de las necesidades de El Salvador. Es más, deberían de hacerlo en muchos otros temas, como el cierre de medios de comunicación y otras más. Tengo la esperanza que así será. Estos anuncios son claramente parte de la campaña de las empresas mineras para mejorar su imagen.

En El Salvador tenemos unas instituciones débiles, sobre todo en el tema ambiental. No creo que tengamos la capacidad de supervisar y garantizar que estas empresas mineras apliquen los estándares de seguridad. Los sistemas de seguridad pueden fallar, y las consecuencias serán de trascendencia nacional. Se imagina qué pasaría si El Dorado tiene un accidente y se contamina el río Lempa. Pero esto es plantearse el peor escenario.

Hagamos la suposición que el gobierno tiene la capacidad de supervisar y garantizar el buen funcionamiento de las minas; que los sistemas de seguridad sean los mejores que existen. ¿Que beneficio podría tener El Salvador de que existan estas minas? ¿Cuánto dinero le quedará a El Salvador? Según las proyecciones de Pacific Rim para El Dorado, hay un millón de onzas de oro y siete millones de onzas de plata. Esto equivale a 200 millones de dólares. Al Estado le correspondería un 2% de la operación, eso son cuatro millones. La ganancia de Pacific Rim sería aproximadamente 50 millones. Si los datos que presentan son ciertos, cuatro millones de dólares no es pago suficiente para el riesgo que se podría correr. Un accidente en una mina chilena de tamaño similar tuvo un costo de siete millones, según la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP). Otro beneficio podría ser la creación de empleos. Suponiendo que esto sea correcto, el trabajo en las minas es de los peores por los riesgos físicos y la poca paga, ejemplos de esto lo hemos visto en muchos lugares de Latinoamérica.

Así entonces, procesos contaminantes, empresas con prestigio cuestionable, propaganda tendenciosa y manipuladora, ganancia marginal que ni siguiera cubre los costos de un accidente y empleos de mala calidad. No puedo entender porque si quiera están considerando actividad minera en El Salvador. No entiendo por qué no hay más voces que dicen claramente que no queremos minas en El Salvador. ¿Será que permitiremos esto? ¿O El Salvador dará un ejemplo en la protección del medio ambiente?